Parálisis en el sueño: ¿se te sube el muerto, aliens, DMT o sólo pesadillas lúcidas de R.E.M.?

Te despiertas y no te puedes mover, sientes una presencia: científicos creen haber explicado el fenómeno de la parálisis en el sueño como una intrusión de REM; sin embargo, algunos no dejan de ver la acción de lo paranormal, de los extraterrestres y, por qué no, de la secreción de DMT en el cerebro.

Te acabas de dormir y justo te despiertas pero no puedes mover ni un músculo. Estás en tu cama conciente, reconoces tu habitación, pero estás paralizado y hay una luz al fondo. Sientes el horror cósmico, algo aprieta tu pecho: un fantasma, una bruja, un alien…

Este tipo de experiencias que asedian a las personas desde tiempos inmemoriales, pero que han sido fuente de una serie de mitos paranormales en casi todas las culturas, también son un misterio para la ciencia. O eran, puesto que un grupo de científicos creer haber encontrado una explicación para lo que la llamada “parálisis en el sueño”, también conocida popularmente por algunos como la subida del muerto”. Un estudio reciente reveló que el 90% de los adolescentes mexicanos conoce el término “se me trepó el muerto” y el 25% aceptó haberlo experimentado. Otro estudio indica que cerca del 50% de las personas experimenta al menos una vez en su vida este intrigante y aterrador fenómeno.

Según unartículo publicado en The Psychologist, este tipo de experiencias se deben a una intrusión de un estado de REM (movimiento ocular rápido) durante un estado de vigilia: literalmente estás despierto, pero parte de ti sigue soñando. Esto tiende a ocurrir poco tiempo después de que alguien se duerme, y aunque el R.E.M. suele ocurrir normalmente una hora después de conciliar el sueño, en algunas personas, debido a cansancio excesivo, jetlag, estrpes, etc., el REM. aparece tan pronto caen dormidas.

Los científicos creen explicar las alucinaciones que se reportan como un producto de superposición de estados que genera una disociación: el material visual generado por el REM. Incluso explican de esta forma los reportes de abducciones extraterrestres, las cuales comparten las mismas circunstancias que las parálisis en el sueño. Este artículo del NY Times pretende dilucidar el misterio de los miles de casos reportados de abducciones extraterrestres reduciéndolos a una simple alucinación generada dentro de un estado de parálisis en los sueños.

Sin embargo, lo que la ciencia no parece explicar cabalmente es el hecho de que la mayoría de estos relatos repiten un patrón de imágenes y encuentros con entidades similares, como si por alguna razón existiera una imaginaria arquetípica colectiva. ¿Por qué si no nuestras pesadillas lúcidas dentro del REM despierto son tan similares cuando nuestros sueños diarios son tan distintos?

Uno de los grandes misterios, joyas secretas, es sin duda conocer qué es lo que soñamos cuando estamos dormidos profundamente, una luz inaccesible bajo la cual las narrativas de los sueños comunes palidecen y se vuelven triviales. Tal vez estos raptos de REM sean lo más cercano que tenemos para entender la psique profunda del ser humano.

Una explicación alternativa al cariz repetitivo de estos sueños despiertos, que en Japón se conocen como kanashibari y que son consistentemente referidos en diferentes culturas como la opresión fantasmal de una bruja o un especie de súcubo, es que dentro de los estados REM el cerebro incrementa su producción de DMT (dimetiltriptamina). El DMT es un neurotransmisor que se produce naturalmente en la glándula plineal y que está presente en miles de plantas y animales. Es también el alucinógeno más poderoso del que se tiene conocimiento, principio activo de la ayahuasca.

Una de las pocas personas que ha podido realizar estudios científicos con el DMT (una sustancia ilegal pese a que existe en nuestro cerebro, curiosamente todos somos portadores de una sustancia ilegal), el doctor Rick Strassman, cree que el DMT podría ser la fuente del contenido visual que se experimenta dentro de los sueños, que la ciencia moderna no ha podido explicar del todo.

Por otra parte, los reportes de este tipo de experiencias en las que se perciben fantasmas, luces, brujas, muertos o alienígenas, son muy similares a las experiencias que se producen cuando se ingiere DMT. Algo particularmente evidente por el hecho de que se perciben entidades que parecen ser independientes de la fabricación del cerebro humano, en un entorno físico similar a la realidad normal (por ejemplo, nuestra habitación cuando se “nos sube el muerto”). El mismo Strassman teoriza en su libro DMT: the Spirit Molecule, que el fenómeno alien, tan difundido en nuestra cultura, podría tener que ver con la secreción natural de DMT en vista de que las alucinaciones parecen ser muy similares. Asimismo existe un paralelo entre las experiencias cercanas a la muerte —que algunos describen como similares a las sensaciones que ocurren dentro de la parálisis en el sueño— y los viajes de DMT, experimentados como vívidos acercamientos a la muerte. Incluso se dice que el cerebro humano incrementa su secreción de DMT cuando está al borde de la muerte.

Carl Jung explicaba el avistamiento de ovnis como transferencias de la otredad, nuestro espejo en el cielo, arquetipos materializados de la mente colectiva. Tal vez esto sea cierto y muchas de las entidades que parecen percibirse afuera en realidad estén dentro de nostros, sean parte quimérica de nuestra química cerebral.

Las personas que dicen haber sido abucidos por extraterrestres niegan que se trate de una alucinación producida por una invasión de REM en un estado despierto o incluso que tenga que ver con una secreción de DMT, puesto que, dicen, recuerdan haber estado en una nave espacial y ser analizados (algunos hasta violados) por extraños seres telepáticos de alta tecnología popularmente conocidos como “los grises”. Para algunos el fenómeno de la parálisis en el sueño ocurre cuando los extraterrestres son sorprendidos regresándolos de la cuarta a la tercera dimensión —y luego les borran la memoria de lo ocurrido.

Tal vez la mejor forma de averiguar qué es lo que sucede con este extraño fenómeno es intentar perder el miedo la próxima vez (puesto que tenemos al menos la mitad de posibilidades de que esto nos ocurra) y percibir con calma de qué están hechas las alucinaciones, si podemos hacer que desaparezcan o no, si tenemos los ojos abiertos o cerrados, si podemos hablar: la experiencia directa no puede ser sustituida por la ciencia.