Natalie Portman y su desconocida faceta en las neurociencias
Natalie Portman, cuyo verdadero nombre es Natalie Hershlag, dejó la actuación para intentar lograr un grado de psicología en Harvard en el año 2000. En esa prestigiosa Universidad estuvo empleada como asistente de investigación en el laboratorio de neuropsicología del profesor Stephen Kosslyn, donde se involucró en un estudio que investigaba el vínculo entre el desarrollo del lóbulo frontal y el conocimiento visual en los bebés.
El estudio investigó la permanencia del objeto, es decir, la capacidad de entender que los objetos no desaparecen del mundo cuando están fuera de la vista, algo que normalmente se desarrolla en el primer año de vida.
Los investigadores han argumentado que los lóbulos frontales son especialmente importantes para esta habilidad, pero el problema es que no se puede poner los bebés en los escáneres cerebrales convencionales para probar fácilmente dicha idea pues se mueven mucho.
El estudio de Portman, dirigido por el neurólogo Dr. Abigail Baird, utilizó un método relativamente novedoso para medir la función del cerebro llamada espectroscopia de infrarrojo cercano.
Esta tecnología se basa en el hecho de que la luz infrarroja cercana puede penetrar en el cráneo y a la sangre que lleva el oxígeno, una vez que la sangre ha “vaciado” su oxígeno, absorbe la luz de forma diferente.
La idea es que el dispositivo incide los rayos de luz en los lóbulos frontales, y se puede calcular la actividad de dicha zona por la cantidad de sangre rica en oxígeno que haya.
La ventaja es que esta tecnología es segura para los niños, y se puede usar como una especie de sombrero de alta tecnología, lo que significa que hay menos problemas si el niño en prueba se mueve.
Durante el estudio a los bebés se les mostró un juguete, que fue escondido debajo de un paño. Los niños que tienen permanencia de los objetos, es decir, que saben que no ha desaparecido, buscan el objeto bajo la tela. Los niños sin esta habilidad simplemente ignoran la tela y buscan algo más que hacer, porque la memoria del juguete se ha ido.
El estudio examinó 20 niños, cada cuatro semanas, a partir de las edades de 5-12 meses. Para ver lo que ha cambiado en el cerebro con la capacidad surgida, los investigadores compararon la absorción de la luz infrarroja de una época en que los niños primero buscan el juguete, a un estado anterior, cuando se olvidaron que existía cuando se les perdió de la vista.
El equipo descubrió que los lóbulos frontales de repente se activan en los niños para desarrollar el conocimiento de que todavía existen objetos ocultos, proporcionando una comprensión de qué áreas del cerebro están involucradas en esta función mental importante. El estudio también demostró que la espectroscopía en el infrarrojo cercano podría ser utilizada con éxito para estudiar el desarrollo del cerebro de los niños muy pequeños.
El artículo fue publicado finalmente en la revista Neuroimagen, bajo el nombre real de Natalie, con el título de “Activación del lóbulo frontal durante la permanencia de los objetos con datos de espectroscopia de infrarrojo cercano”. Desde entonces, ha sido citada por al menos menos 20 estudios diferentes que se han basado en sus conclusiones.
Si no me cree y quiere leer el estudio en su totalidad, está disponible como un archivo pdf en el enlace de abajo.
Referencia
Baird AA, Kagan J, Gaudette T, Walz KA, Hershlag N, Boas DA. Frontal lobe activation during object permanence: data from near-infrared spectroscopy. Neuroimage. 2002 Aug;16(4):1120-5.
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