Un 10 de julio, como ayer, nacía Nikola Tesla, un personaje singular al que debemos gran parte de los avances de los que ahora disfrutamos y por los que en su tiempo, no recibió el reconocimiento que a buen seguro se merecía.



Y bueno, lo cierto es que al bueno de Nikola lo timaron, lo engañaron o directamente le robaron en numerosas ocasiones durante su vida. Comenzando por su llegada a América… En 1884 embarcó hacia Estados Unidos portando tan sólo una maleta, algunos ahorros y una carta de recomendación de Charles Bachelor, el socio europeo de Thomas A. Edison.

Aquel viaje iba resultar un verdadero adelanto de lo que le esperaba a Tesla al otro lado del Atlántico. Al llegar al puerto de Nueva York, se percató que le habían robado todo su equipaje, dejándole en aquel muelle con lo puesto, la carta de Bachelor y cuatro míseros centavos de dolar… Como veremos más adelante, no sería la última vez que le robaran por aquellas tierras.





Aún así, consiguió su propósito y se entrevistó con Edison. No obstante, aquel encuentro no fue como nuestro protagonista esperaba. El magnate americano no estaba interesado en la corriente alterna que defendía Tesla puesto que ya había levantado todo un imperio alrededor de la corriente continua.

Pero Edison, que podría ser muchas cosas que aquí callaré, era de todo menos tonto y vio en aquel joven todo un talento por explotar. Sus planos, sus proyectos, tenían un toque de genialidad que podrían venirle muy bien para otros menesteres… Le dijo en buenas palabras, que se olvidara de esas boberías de la corriente alterna y que se pusiera a trabajar para él…

Edison le propuso un trato: Estudia mis motores y si consigues mejorarlos y los haces más eficientes te ganarás 50.000 dólares.





Guau!. Aquella cantidad era toda una fortuna en esos tiempos y Tesla pensó que era la oportunidad perfecta para llevar a cabo todos sus sueños, así que… aceptó.

Nikola Tesla se puso manos a la obra y consiguió algo impensable, algo que jamás se le hubiera pasado por la cabeza al gran Edison… con tan sólo 28 años, aquel joven había conseguido multiplicar por tres el rendimiento de sus motores. Y lo hizo en apenas unos meses, dejando boquiabierto a todos los que llevaban años intentándolo.

Cuando Tesla se dirigió a recoger su recompensa, le llegó un nuevo jarro de agua fría… Thomas Alva Edison le dijo que aquello de los 50.000 dólares era una “broma americana” y que era algo que se solía decir en plan de broma…

Un duro palo para nuestro Tesla que sintió tanta rabia y decepción que se marchó de la compañía de Edison dando un portazo y decidido a abandonar todas sus investigaciones (de hecho, así lo hizo ya que se puso a trabajar durante un tiempo como albañil)





Un segundo “atraco a mano armada” que por desgracia iba a hacer cierta la frase de “no hay dos sin tres”. Una de las injusticias más renombradas en la historia de las patentes: El inventor de la radio.

En el año 1897, Tesla se presenta en la oficina de patentes con el diseño de su radio. Una radio, que ya en esa fecha, incluía no sólo la posibilidad de transmitir voz, además poseía un desarrollo que podría permitir transmitir imágenes. La patente quedó registrada a nombre de Nikola Tesla, hasta que, tres años después (1900) nuevamente aparece en escena Thomas Edison junto con uno de sus socios italianos, Guglielmo Marconi, y presenta un diseño de radio que utilizaba para su funcionamiento hasta 17 patentes de Tesla.



Sin embargo, la presión ejercida por el multimillonario, su influencia y control de las altas esferas, hicieron que la oficina de patentes americana cambiara su decisión y otorgara la patente de la radio a Marconi… algo que ha sido ignorado por mucho tiempo, casi desde niños en el colegio y que aún sigue viendose en algunos libros de texto que continúan enseñando que el inventor de la radio es Marconi.



A pesar que Tesla litigó con Marconi por la patente de su propio invento, no fue hasta 1943 (y ya a título póstumo) cuando un Tribunal logró por fin que se reconociera a Tesla como el verdadero inventor de la radio… Una sentencia que también ha pasado demasiado desapercibida…

“Tesla was robbed” escribía el gran Doctor House en su pizarra y tenía razón. A Tesla le mangonearon muchas veces durante su vida y la razón principal no fue otra que la ilusión de Nikola por un mundo que se moviera con energía gratuita para todos, un sueño que no casaba bien con los intereses de los grandes magnates de la energía de aquellos comienzos.