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Thursday, November 24, 2011

Las zigurats, torres que buscan el cielo de Mesopotamia



Las zigurats, torres que buscan el cielo de Mesopotamia                                                     
                                            
                                          Dra. Ana Mª. Vázquez Hoys,UNED. Madrid
                                     www.uned.es/…/MESOPOTAMIA/zigurats.htm
                                                               EN EL JARDIN DEL EDEN
                                             
                                                                 La Torre de Babel,Brueghel
Dicen que entre todos los ejemplares de su clase, la Torre de Babel eclipsaba a las demás. Recibieron el nombre de zigurats y sobre ellas planean todavía las más incómodas incógnitas. ¿Fueron construidas como tumbas reales, observatorios celestes, o acaso es cierta, como reza la tradición, que sus peldaños aspiraban ni más ni menos que a alcanzar el cielo?

                                             
                                                  Zigurat de Ur.                                                      Hacia 2050 ane. Altura: 23,33 m
                                                                       Ur,Iraq


 Hoy han quedado asoladas por los milenios, pero ello no impide que las torres piramidales y escalonadas que conocemos como zigurats, las mismas que poblaron el “país entre ríos”  o Mesopotamia -posible lugar desplazamiento del Jardín del Edén-, continúen suscitando nuestra admiración.

                                      
                                                      Mapa de Mesopotamia
Al comienzo de nuestra historia mediterránea, a fines del IV milenio antes de Cristo, encontramos en Mesopotamia, el “país entre ríos”, situado entre el Tigris y el Éufrates (casi coincidiendo con el emplazamiento del actual Irak), un pueblo de origen misterioso: los sumerios.
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Este pueblo, caracterizado por su lengua aglutinante y su escritura cuneiforme -realizada a base de pequeñas cuñas con la punta de una caña y escrita sobre arcilla fresca- y por sus ciudades rodeadas de una red de canales navegables por los que se comunicaban, llevaron a cabo la construcción de altas torres escalonadas y piramidales características de su arquitectura religiosa denominadas ziqqurratu o zigurats (en plural ziqqurratum), de las que los restos conservados aún levantan exclamaciones de admiración.
                           
                                  Adobes (barro crudo más paja) de la ziqurat de Uruk
Así, en una época en que los egipcios construían sus pirámides a base de grandes bloques de piedra sobre la arena del desierto, los primitivos sumerios de lengua aglutinante y sus sucesores semitas, los pueblos acadio, babilónico y asirio, levantaron sus grandes torres de adobes, mezclando barro y paja , que  todavía se conservan desafiando al tiempo en la llanura mesopotámica, y más al norte, a orillas del Tigris, en Asiria y al este en Elam.

                                   
UNA RED DE TORRES DE BABEL
Para el experto W. Rolling: “las dos partes unidas del nombre de las torres, “casa de los cimientos del Cielo y la Tierra”, nos dan la clave del misterio de las zigurats: la montaña del templo es la representación cultural de la montaña primordial, (que en Egipto seria la colina primordial) la que existió desde el principio de la creación”.

                              
                                                          Akar Quf
Mientras, otro estudioso de las misteriosas torres escalonadas, G. Áspero, lleva a cabo la interpretación de este tipo de estructuras piramidales más osada ya que, según su criterio, se trata de “representaciones en miniatura del Universo”. Y no han sido pocos los que, desde diferentes disciplinas aseguran que las ziqqurratum cargadores de energía cósmica grandes centrales de energía a las que el rey acudía a repostar.
                        
                             Zigurat en un cilindro-sello mesopotámico
Y es que, al igual que ocurría en Israel los dioses mesopotámicos también optaron por vivir en “lugares altos”.
“Alta se levanta la montaña de Enlil mcarsag. Apuntando hacía e
/ cielo la audaz cabeza. Ahondando las raíces en el claro abismo. Yaciendo sobre
 /a tierra como un toro poderoso. Con cuernos ardientes de luz resplandeciente. Destelleante de esplendor como las estrellas del cielo”.
 Así reza el antiguo himno sumerio que, con lenguaje arcaico, alaba, rebosante de metáforas, la torre de gradas del dios supremo del viento, Enlil, en Níppur.
Los dos nombres de este dios -EN.KI («señor del suelo firme») y E.A («cuya casa es el agua»)- eran de lo más apropiados  para un pueblo que inició su historia drenando los pantanos y aún vive y navega por ellos. Eridú, que quedó como centro de culto y sede del poder de Enki a lo largo de toda la historia de Mesopotamia, se construyó sobre un terreno elevado artificialmente por encima de las aguas pantanosas. Las evidencias se encuentran en un texto llamado (por S. N. Kramer) «El Mito de Enki y Eridú»:
El señor de la profundidad acuosa, el rey Enki…
construyó su casa…
En Eridú construyó la Casa de la Ribera del Agua…
El rey Enki… ha construido una casa:
Eridú, como una montaña,
ha elevado desde la tierra;
en un buen lugar la ha construido.

¿Eran los zigurats la “colina” primera deEn.ki?

Pero, ¿para qué fueron construidas estas torres que parecían querer alcanzar el cielo? Lo cierto es que por el momento la respuesta se nos escapa como también desconocemos las razones de numerosas edificaciones antiguas o hechos del pasado. Y aunque poseemos indicios, noticias indirectas, leyendas y representaciones coetáneas, las elevadas torres de ladrillos de Mesopotámia y Asiria guardan celosamente el secreto de su existencia, como lo guardan los mismos sumerios y la civilización mesopotámica.

                                          
«Él trajo…; estableció la limpieza de los ríos pequeños». El dragado de los lechos de riachuelos y afluentes para mejorar el flujo de las aguas se hizo con el propósito de drenar las ciénagas, conseguir agua limpia y potable, y poner en marcha un sistema de irrigación controlada. Las narraciones sumerias ofrecen indicios también del rellenado con tierra o de la construcción de diques para proteger las primeras casas de las omnipresentes aguas.
Hay un texto, llamado por los expertos el «mito» de «Enki y la Ordenación de la Tierra», que es uno de los poemas narrativos sumerios más largos y mejor preservados que se hayan descubierto. El texto se compone de 470 líneas, de las cuales 375 son perfectamente legibles. Desgraciadamente, el inicio (unas 50 líneas) está roto. Los versos que siguen se dedican a la exaltación de Enki y al establecimiento de sus relaciones con Anu (su padre), la divinidad jefe, con Ninti (su hermana) y con Enlil (su hermano).

Después de estas introducciones, el mismo Enki  habla. Por fantástico que pueda parecer, lo cierto es que el texto viene a ser un informe en primera persona en el que Enki relata su llegada a la Tierra.
«Cuando llegué a la Tierra,
estaba todo inundado.
Cuando llegué a sus verdes praderas,
montones y montículos se levantaron
bajo mis órdenes.
Construí mi casa en un lugar puro…
Mi casa-
su sombra se extiende sobre el Pantano de la Serpiente…
las carpas agitan sus colas en él
entre los pequeños juncos gizi-»
El poema pasa entonces a describir y registrar, en tercera persona , los logros de Enki. He aquí algunos versos seleccionados:
El marcó el pantano,
puso en él carpa y… -pescado;
Marcó el matorral de cañas,
puso en él… -juncos y juncos verdes.
A Enbilulu, el Inspector de Canales,
lo puso al cargo de los pantanos.
Fue él el que puso la red para que no escaparan los peces,
de cuya trampa no… escapa,
de cuyo cepo ningún pájaro escapa, .
… el hijo de … un dios al que le gustan los peces
Enki puso al cargo de los peces y los pájaros.
A Enkimdu, el de la zanja y el dique,
Enki lo puso al cargo de la zanja y el dique.
Él cuyo … molde dirige,
a Kulla, el hacedor de ladrillos del País,
Enki lo puso al cargo del molde y el ladrillo.
 
 
 
 
 
 
 
 

El poema enumera otros logros de Enki, entre los que se incluye la purificación de las aguas del Tigris y la unión (por medio de un canal) del Tigris y el Eufrates. Su casa, a la orilla del agua, tenía un embarcadero en el que podían amarrar embarcaciones y balsas de juncos, y desde el cual podía salir a navegar. No en vano, la casa se llamó E.ABZU («casa de lo Profundo»). El recinto sagrado de Enki en Eridú se conoció por este nombre durante milenios.

No hay duda de que Enki y su grupo exploraron las tierras de alrededor de Eridú, pero parece que preferían viajar por el agua. La tierra pantanosa, dijo en uno de los textos, «es mi lugar preferido; extiende sus brazos hacia mí». En otros textos, se mostraba a Enki navegando por los pantanos en su embarcación, llamada MA.GUR (literalmente, «barco en el que se da una vuelta»), es decir, un barco de paseo. Él mismo nos cuenta que su tripulación «remaba al unísono». En momentos así, se confiesa, «los conjuros y las canciones sagradas henchían mi Profundidad Acuosa». Hasta se ha registrado un detalle menor, como el del nombre del capitán del barco de Enki.

Lo que la Historia no ha podido conocer sobre tan enigmáticos pobladores es que toda la tierra comprendida entre el Tigris y el Éufrates estaba poblada por una red de “Torres de Babel”, nombre con que la Biblia conocía a la antigua ciudad de Babilonia. En dichas torres residía la divinidad que confería fertilidad y riqueza a la tierra y a los hombres y en cuyo honor se celebraban fiestas solemnes y ritos de renovación de los poderes de reyes y reinas. Eran, en suma, lugares mágicos donde los dioses se ponían en contacto con los hombres para cederles parte de sus portentosos atributos.



EL LECHO DE LOS  DIOSES
Tal vez la más famosa de estas torres sea la Etemenanqui, la “Torre de Babel” del Antiguo Testamento, culminación de la arquitectura religiosa de Mesopotamia. La Etemenanki era la torre del templo de Marduk en Babilonia, el Esagila.
                                
                    La zigurat (Etemenanqui, “fundamento del Cielo y la Tierra)) en el Esagila
Herodoto, en su primer libro de Historia, se refiere así a ella:”En medio de cada uno de los dos cuarteles en que la ciudad se divide hay levantados dos alcázares.

                         Maqueta del Esagila (    en sumerio “La Casa que levanta la cabeza” ), el templo   
                     del dios supremo de Babilonia ,Marduk, M.Berlín
En el uno está el palacio real, rodeado de un muro grande y de resistencia, y en el otro un templo de Júpiter Belo con sus puertas de bronce. Este templo, que todavía duraba en mis días, es cuadrado y cada uno de sus lados tiene dos estadios.
      


En medio de él se ve fabricada una torre maciza que tiene un estadio de altura y otro de espesor. Sobre ésta se levanta otra segunda, después otra tercera y así sucesivamente hasta llegar al número de ocho… En la última torre se encuentra una capilla, y dentro de ella una gran cama magníficamente dispuesta, y a su lado una mesa de oro. No se ve allí estatua ninguna, y nadie puede quedarse de noche, fuera de una sola mujer, hija del país, a quien entre todas escoge el dios, según refieren los caldeos, que son sus sacerdotes”.
                                           
Y a tan esmerada descripción Herodoto añade: “Dicen también los caldeos (aunque yo no les doy crédito) que viene por la noche el dios y la pasa durmiendo en aquella cama, del mismo modo que sucede en Tebas de Egipto, como nos cuentan los egipcios, en donde duerme una mujer en el templo de Júpiter Tebano. En ambas partes aseguran que aquellas mujeres no tienen allí comunicación con hombre alguno. También sucede lo mismo en Pátara da la Lycia, donde la sacerdotisa, todo el tiempo que reside allí el oráculo, queda por la noche encerrada en al templo”.

                          
                   Ana Vázquez, entrada palacio Nabucosonosor II, Babilonia
Babilonia
FUNDAMENTO HISTÓRICO. CUANDO LOS DIOSES SE HUMANIZAN
Pero para comprender algo más del sentido de estas torres piramidales debemos recordar que, en las épocas prehistóricas y protohistóricas, nos encontramos con dos tipos fundamentales de arquitectura; santuarios de dimensiones reducidas que parecen haberse limitado a albergar un hogar para el fuego, y edificios más amplios y complejos con atrio central rectangular que responden al esquema de las casas privadas. Estos últimos suelen tener un gran podio cerca de una de las paredes transversales y delante de él una especie de altar o mesa. Al amplio podio se accedía por unas gradas o escaleras, lo que parece indicar que no estaba destinado a colocar la estatua de la divinidad.
                        
                           Ante la artificial Puerta de Isthar,Babilonia
En todo caso, la ideología que subyace a esta arquitectura -cuyos testigos más importantes son el Templo Blanco de la zigurat de Anu y el templo VI de Eridu, ambos de la época de Uruk IV, mientras en la Época de Jemdet-Nasr destacan templo de las pinturas de Tell Uqer y el templo de los Mil Ojos de Te// Brak-, es la de poner orden en las cosas, comenzando por respetar la vida privada del dios. Lo divino está al fondo del templo, en la sombra, y sólo recibe las visitas imprescindibles del personal que lo cuida.
                        
                                 Restos de la zigurat de Uruk
No obstante, dicho esquema cambia con la III Dinastía de Ur. Es entonces cuando se pasa a un templo que consta de una celda rectangular con un nicho, un podio hacia la mitad de una de las paredes longitudinales y una puerta en la pared longitudinal de enfrente. Se crea así un eje arquitectónico en forma de T que va desde el nicho -destinado a acoger la estatua divina- hasta el exterior de la celta, pasando por la puerta de acceso a la misma y las antecámaras del santuario. La idea de semejante disposición parece ser la de facilitar el contacto óptico entre la estatua y el mundo exterior al abrirse la puerta principal. El dios se humaniza: ahora es un monarca que escucha y ve al fiel.
                               
La dimensión cortesana o palaciega de la divinidad es una de las características culturales de Ur III, y quizás su mayor aportación a la historia de la arquitectura religiosa. La otra aportación la constituyen las monumentales torres escalonadas “clásicas”, que los técnicos, a falta de otros recursos, suelen llamar zigurats. Los babilonios derivaban al parecer el nombre ziqqurratum de un verbo, zaqarum, que significa “destacar, sobresalir. En sumario, ziqqurat se escribe uigié.nir, es decir, “templo alto o sobresaliente”.
Según Oates, la aportación de los reyes de Ur III a la cultura mesopotámica fue considerable. Los efectos de su extenso programa de construcciones todavía pueden verse en las ciudades importantes de la época. Una de las novedades principales de esta nueva escuela residía en el tratamiento de los edificios en su elevación y planta. El ejemplo más palpable de este nuevo enfoque es la torre escalonada y rematada por un pequeño santuario, cuyo mayor testimonio, según la tradición histórica, sería la torre de Babel.
No obstante, el mejor ejemplar de esta categoría está en Ur. La torre de Urnammu debe su excelente estado de conservación al revestimiento original de ladrillos cocidos de que estaba recubierta y a las cuidadosas renovaciones que se hicieron mil quinientos años después, cuando los últimos reyes de Babilonia trataron de mantener vivos los antiguos santuarios de Sumar. Otro rasgo nuevo fue la idea de un recinto que encerrara un gran espacio abierto, en cuyo centro se instalaba un edificio monumental que también cumplía una función estética.
La HISTORIA DE BABEL. HISTORIA DE LA CONSTRUCCION
LA Torre (le Babel ha inspirado a los artistas de todos Tiempos y, como el resto de las zigurats, poseyó en su dio un significado y función que hoy no podemos determinar con exactitud. A mediados del siglo pasado el gobierno francés envió a Babilonia una expedición encabezada por el cónsul Fulgencio Fresnel, quien, centró su trabajo en las ruinas de la zigurat de Borsippa, que general se identificaba con la Torre de Babel, si bien agotamiento y los rigores del clima terminaron con Fresnel antes de que este pudiera establecer conclusiones definitivas.

                           
                  Tablilla de la destrucción del Esagila,Museo Británico.Anverso
The Babylonian Ruin of Esagila chronicle (BCHP 6) is one of the historiographical texts from ancient Babylonia. It describes how a Seleucid crown prince (probably Antiochus, the son of king Seleucus Nicator) fell during a sacrifice on the ruin of Esagila. For a very brief introduction to the literary genre of chronicles, go here.
The cuneiform tablets (BM 32248 + 32456 + 32477 + 32543 + 76-11-17 unnumbered) are in the British Museum. On this website, a new reading is proposed by Bert van der Spek of the Free University of Amsterdam (Netherlands) and Irving Finkel of the British Museum.* Please notice that this is a preliminary version of what will be the chronicle’s very first edition. This web publication is therefore intended to invite suggestions for better readings, comments and interpretations (go here to contact Van der Spek). www.livius.org/…/ruin_esagila_01.html
Sin embargo, la bíblica Torre de Babel no se hallaba en las alrededores de la ciudad, sino en el seno de la urbe de Babilonia, y de ella no ha quedado nada más que su planta, un gran rectángulo limitado por terraplenes cubiertos de vegetación. Posiblemente sus ladrillos fueron utilizados por los habitantes de la zona para construir sus casas a lo largo de los siglos y según el retrato bíblico sobre la confusión de las lenguas, universalmente conocido, el Génesis atribuye la construcción de la Torre de Babel a los descendientes de Noé. Los arqueólogos sostienen que la historia de la Torre de Babel hay que buscarla en babilonia porque ella es la bíblica Babel, de la que dijo Yahvé (Génesis, 11,7,1: “Bajemos, pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros”. Y es que, afirma el mismo relato, el poder de la torre y de aquellos que la erigieron preocupaba a la divinidad: “toda la tierra tenía una sola dengue y las mismas palabras. Emigrando desde Oriente los hombres llegaron a una llanura en el país de Senaar y se instalaron. Se dijeron el uno al otro: `Venid, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego’. El ladrillo les sirvió de piedra y el betún de cemento. Luego dijeron: `Venid, construyamos una ciudad y una torre cuya cima toque el cielo, y démosle un nombre, para no perdernos sobre toda la tierra”‘. En cuanto al nombre Babel, su etimología no deja de resultar curiosa: La Biblia lo relaciona con el hebreo balal (”confundió″), cuando en realidad procede del babilonio báb-ili, que significa “Puerta del dios”.
                                     
                  El dios Marduk y su animal sagrado, el muhussu

La torre fue destruida por Jerjes en el año 479 y cuando Herodoto la visitó ya no pudo ver más que ruinas, pero mientras la construcción la altura de Etémenanki la casa donde de funden el cielo y la tierra”, trace de unos 90 metros (los mismos que media su planta cuadrada): 33 metros el primero, al que todos tenían accesos 18 metros el segundos 6 metros los cuatro siguientes; y 15 metros el séptimo piso. De ellos, el último era un templo reservado y secreto, al que, como dice Herodoto, solamente tenían acceso las personas que participaban en los ritos sagrados de la hierogámia.


Asimismo, Herodoto describe cómo sobre esta torre se elevaba otra, y sobre ésta otra más, hasta alcanzar un total de ocho torres, ya que el historiador catalogaba como torres las siete plataformas que formaban la zigurat junto a su capilla en la cima. La altura de la torre de Babel, muy por encima de da media de otras zigurats, era debida a que el monumento pertenecía al poderoso dios Marduk, que había superado en importancia tanto a Anu como a Enil. Fue sin duda uno de los monumentos más destacados de la poderosa Babilonia ciudad sagrada donde confluían 53 templos a los grandes dioses, 55 capillas a Marduk, 300 capillas para divinidades terrestres, 600 para las celestes, y 400 altares.
En Ur, la ziqqurratu formaba el núcleo de un recinto sagrado que se dedicaba al dios-luna. Un muro exterior encerraba éste y otros tres edificios: Enuma, almacén del templo; Gi-par-ku, residencia oficial de las sumas sacerdotisas del dios-luna, SIn ; y E-hur-sag, palacio real que probablemente se usaba en ocasiones religiosas. En el lado noroeste de la ziqqurratu estaba la cocina del dios, donde se preparaban sus comidas.
                                  
Para encontrar pruebas de la pericia técnica de los constructores de entonces tenemos que recurrir a un lugar periférico situado al norte de Irak. El descubrimiento en Tell-elRimah de edificios en un estado de conservación poco frecuente ha revelado la utilización estructural de bóvedas radiales, con una habilidad que sin duda denota la existencia de una larguísima tradición previa.

                                                   
                                                Tell Rimah, la primera bóveda conocida
                                        
ENTRE EL MISTERIO Y LA LÓGICA
Para López y Sanmartín, el origen de las zigurats no tiene nada de misterioso. Salvo raras excepciones, la arquitectura sumerja se basa en el empleo masivo de adobes de barro secados al sol y es muy parca en elementos de madera o piedra. Ello confiere a las edificaciones volúmenes relativamente pesados y cierto aire de provisionalidad que quizá responda a determinados parámetros de la psicología social sumerja. En todo caso, la práctica normal fue la de levantar los edificios sobre las ruinas niveladas y reconvertidas en arcilla de las instalaciones precedentes, cuyo emplazamiento -consagrado por tradición o teofanía- no debía ni podía ser modificado. En el caso de santuarios prehistóricos, ello conllevaba una elevación constante y considerable de nivel, y provocó en época ya protohistórica la aparición de los denominados “templos-terraza”, es decir, situados sobre plataformas formadas por la acumulación de materiales de derribo.
                                       
                             Templo Blanco,Uruk(Warka), 3500-3000 a.C.Reconstrucción

                                          
                                                       Templo Blanco, plano
Pero lo más característico del periodo de Ur III es la edificación de templos sobre terrazas artificiales que no son mera herencia de ruinas precedentes, sino construcciones de volúmenes cuidadosamente calculados a propósito para la ocasión. El templo-terraza de las épocas prehistórica y protohistórica es sólo el prototipo de una concepción formal renovadora: en Ur III, las ziqqurratum se siguen erigiendo sobre terrazas más antiguas, pero el proceso arquitectónico manifiesta una voluntad expresionista que responde a nuevas exigencias formales y funcionales. La planta de estos templos solía ser cuadrada, con lados de unos 60 0 70 metros y ángulos orientados hacia los cuatro puntos cardinales; la altura era de 15 a 30 metros; las paredes podían estar escalonadas en terrazas o construidas en talud. Asimismo, la Biblia recurre a esta escenografía en su Torre de Babel, como también lo hace Herodoto.
En líneas generales, podemos afirmar que la función de las ziqquratum se inscribe en la corriente de la tradición cultural mesopotámica desde las épocas más antiguas: la de servir de soporte cósmico a las “Bodas Sagradas”, la “hierogámia” o ceremonias de la unión de la divinidad, dios o diosa, con la humanidad, representada por la reina o el rey. Por eso el mobiliario habitual de los templos fue siempre el podio -que podía servir de tálamo- y la mesa de altar.
PERO, ¿QUIÉNES ERAN LOS DIOSES?
Tal vez por ello, para comprender el porqué de estas torres, de los grandes templos y el papel de los dioses en la sociedad y la religión mesopotámicas, debemos referirnos en primer lugar a quiénes son esos dioses y al concepto que de la divinidad se tenía en Mesopotamia, así como de la realeza y su relación con el poder real en el Festival del Akitu y el Matrimonio Sagrado(hierogamia).
                                           
                                          Placa sumeria,Inanna y Dumuzi,Museo Británico
 La primera organización del mundo se sitúa en un pasado inicial y se atribuye a un dios supremo -Enlil primero, luego Marduk en época babilónica, mientras que otros aspectos más específicos se atribuyen a distintas divinidades que siguen “funcionando” en un determinado sector: un dios para el ganado, otro para los cereales, otro para la escritura, etc…
                                       
                                                       Enlil y Ninlil
Así, sin una separación clara, van apareciendo seres semidivinos o incluso no divinos, héroes, que suelen ser reyes antiquísimos, a los que se debe la introducción de nuevos elementos en la organización sociopolítica, el progreso técnico o simplemente el paisaje urbano. No hay una separación clara entre la esfera divina y la de los héroes. Incluso seres considerados míticos, como Gilgamesh, se ha demostrado que se trataba de un rey de Uruk de la época de las primeras dinastías.
                                    

Y hablando de reyes, así como el hombre es la sombra del dios, el rey es la imagen del dios. El rey era el legislador máximo y juez del país, quien durante las celebraciones del Festival Akitu y el Matrimonio Sagrado o Festival del Año Nuevo -la más completa expresión de la religiosidad mesopotámica- renovaba sus poderes. No obstante, en este tipo de conmemoraciones tan importantes en la vida mesopotámica, los actores principales eran los dioses y el evento principal consistía en la repetición del acto de la creación y de la victoria de los dioses sobre en forma de serpiente o monstruo primigenio. En Babilonia, el Matrimonio Sagrado se celebraba en primavera, en el mes de Nisan, mientras que en Ur, Eridu y otros lugares también se celebraba en otoño.
Por su parte, en las ciudades antiguas debieron haber existido escenarios tradicionales para las actividades del pueblo durante la estación santa, en la que tenían lugar las celebraciones a las “montañas santas”, en las que se creía que estaba la tumba del dios Marduk, siendo la ziqqurratu el símbolo de la Tierra, el infierno o el lugar de la salida del sol. Sabemos que muchas de estas torres tenían nombres que las caracterizaban como montañas. Durante el festival del Año Nuevo se las consideraban también como el más allá, el lugar donde se mantenía cautivo al dios, temporalmente muerto, para después resucitar, como ocurre con la Naturaleza.

Después de la liberación del dios, tenía lugar la determinación del Destino, ceremonia ejecutada el día 8 del mes Nisan y que se repetía el día 11. El día décimo, el rey volvía a Babilonia para consumar el matrimonio sagrado. Era entonces cuando la sacerdotisa, por medio del sometimiento sexual, debía traspasar al rey los poderes femeninos de fecundidad, renovación y regeneración que el hombre no posee y que sólo puede lograr activar y potenciar por la unión sagrada de los sexos: la androgínia primordial, una cualidad que exclusivamente poseía la madre Tiamat, como recuerdan las primeras palabras del Poema Babilónico de la Creación: “Cuando en lo alto el cielo aún no había sido nombrado y abajo la tierra firme no había sido mencionada con su nombre, solos, Apsu, su progenitor, y la madre Tiamat, la generatriz de todos, mezclaban juntos sus aguas: aún no se habían aglomerado los juncares ni las cañas habían sido vistas.
                             
1.- URUK
Anu, el dios patrono de la prehistórica ciudad de Uruk
(3600-3400 a.C.) ubicada en mesopotamia, tuvo su santuario en el complejo cultural de Kulaba. Más tarde, en tiempos Jemdet-Nasr (3000-2700 a.C.), se llevó a cabo una reorganización de los espacias culturales del impropiamente llamado Santuario de An, que estaba situada al ras del suelo. El resultado es lo que hoy conocemos como Templo Blanco.
  
                                                            Templo Blanco


2.- NIPPUR
También sito en Mesopotamia, situado en la zona limítrofe entre Sumar y Askad, estaba la sede principal del culto  al dios Enlit, “el Señor Aire”, dios supremo del panteón babilónico en su versión más clásica, que tiene pao emblema la tiara can cuernos y a quien se alude a menudo pomo “el foro salvaje dispuesto siempre a embestir”. Enlil tenía  en sus manos las Tablas del Destino y era quien decidía  la suerte de cada uno; su templo llevaba el nombre de Ékur,”templo montaña”, el santuario central de Mesopotámia.
                                
                                         Ekur de Nippur, dedicado a Enlil

                     

Los monarcas, sobre todo los de Ur, mantuvieron siempre un gran respeta por este santuario, dedicando numerosos tesoros a su mantenimiento. Más tarde, los casitas, pueblo que dio lugar a la III Dinastía de Babilonia, a mediados del II milenio a.C,  llevaron a cabo reformas en el santuario y copiaron su estructura en el templo terraza.
3.- DUR KURIAGALZU
Las ruinas que existen en Aqar Quf, al oeste de Bagdad, señalan una nueva fundación casita: la fortaleza de Kuriagalzu, seguramente construida coma defensa exterior contra Asiría y Elam. El lugar es célebre hoy par su ziqqurratu, cuyo estado de conservación es insólitamente bueno y todavía se alza unas 57 metros por encima de la llanura.
                                      

 Antiguamente los viajeros solían confundir esta construcción con la Torre de Babel de que habla la Biblia.

                                        

El perfil distintivo de esta ziqqurratu se debe a capas de esteras de caña y cuerdas trenzadas, que atraviesan horizontalmente la estructura con una función de agentes niveladores y de unión mientras se edificaba la torre. Enfrente, se levantaba un complejo de patios rodeados de cámaras largas y estrechas, excavadas sólo en parte pero muy parecidas en su planta general a estructuras de Ur fundadas durante la 141 Dinastía.
Aunque en ambas ciudades se habla de “templos” para referirse a las dependencias del zigurat, en ninguno de los dos lugares hay una sola cámara que pueda ser identificada como el santuario común en Babilonia. En Aqar Quf también existe una plataforma baja en la que quizá había un templete para las ofrendas. Las inscripciones atribuyen la zigguratzu de Aqar Quf a los reyes de nombre Kuriagatzu.
4.- UR
Nanna/Sin fue un dios benéfico con poder sobre la vegetación y la fertilidad. De ahí sus apelativos de “dador de la abundancia” y “dador de hijos y descendientes”. Sus lugares de culto más importantes fueron Ur en Smer en cuyo templo, el .gis.nu.gal, se excavó una ziqqurratu predinástica, y Harran, en el norte siria-mesopotámico, que se convirtió durante el primer milenio antes de Cristo en un importante centra económico, cultural y religiosa frente a Babilonia y a su dios Marduk.

                              


5.- TELL.-EL-RIMAH (Asiria)
No sabemos virtualmente nada de la Babilonia de la época de Hamurabi. En Tell-elRimah, la antigua ciudad de Karana, en el Norte de Irak, se construyó un monumental templo y ziqqurratu hacia el año 1800 a.C. –bajo e (patrocinio de Shamshi-Adad cuando Karana era un estado que dependía de Assur. La planta del templo es totalmente babilónica en su concepto, y los detalles de su construcción incluso sugieren que se emplearon albañiles babilónicos.
                              
                             

El aspecto más extraordinario de este templo reside en la depuración. El patio central y la ziguratu estaban adornados con 27 medias columnas, 50 de las cuales consistían en espirales recargadas y dos tipos de palmeado. Lo más notable eran las columnas macizas de las torres de las puertas principales, cada una de las cuales constaba de cuatro fustes y dos espirales opuestas y dos columnas palmeadas.
                 
Este recargado complejo, con su ornamentación, se construyó empleando exclusivamente ladrillos de barro, mientras las aposentas y escaleras se edificaran utilizando con gran pericia las bóvedas radiales. Toda la estructura se proyectó meticulosamente, pensando en el impacto que causarían sus elevaciones exteriores. El edificio debe su regular estado de conservación a la falta de recursos de Karana después de la muerte de su rico patrono y protector. No sólo nunca llegó a terminarse el templo original sino que, además, este pequeño reino nunca pudo permitirse el lujo de reconstruir su principal santuario, como hacían sus vecinos más ricos.
6.- ASSUR
Tigiatpilaser i (1115-1077 a.C.) construyó en Assur, sobre restos documentados desde basi-Adad I, un templo dedicado a Anu y Adad, más tarde renovado por Salmanasar III (858-81?4 a.C.). Este doble templo disponía de una pareja de ziqquratu gemelas. Existía además otra gran ziqquratu, símbolo característico de la ciudad de Assur, que se aprecia en la reconstrucción del arqueólogo V. Arsdrae consagrado originariamente al dios Enlil y luego al dios de la ciudad, Assur.
                                

                                         
                               

                                            


7.- KAR TUKULTI NINURTA
La nueva capital asiria construida por el rey Tukulti Ninurta I 1244-1208 A.C) en la orilla del río Eúfrates, a unos 5 Km. al norte de la antigua capital, tenia una serie de palacios poderosas decorados con pinturas murales y ladrillos vidriados, un templo al dios Asur con una zigurat anexa y otros edificios oficiales.


8.- DUR SHARRUKIN
(Khorsabad, Irak)
El palacio de Sargón II (722-705 a.C.j, ubicada en el pueblo de Maganuba, a unos 25 Km. al norte de la fértil Nínive, cerca de las montañas, presenta también una ziqqurratu como parte del templa anexo a las edificaciones palaciegas. Según sus excavadores, el primer piso era de color blanco y el segundo negro.

                            

9.- BABILONIA
Esta ciudad mesopotámica lleva por nombre Bab.üanl o “Puerta del dios”. Aunque ya existía en el III milenio antes de Cristo, comenzó a tener importancia en el II milenio, con la I Dinastía o Dinastía amorita de Babilonia, cuyo rey más conocido es el sexto, que lleva por nombre Hamurabi (1792-1519 A.C)
En la época de Nabucodonosor II (604-562 A.C) se restauro el templo del dios Marduk- cabeza del panteón babilónico- que llevaba por nombre Esagila “Casa que alza la cabeza”.

Este templo que no ha podido ser excavado en su totalidad ya que esta sepultado por más de 20 mts de ruinas, fue edificada a ras de tierra y constituía un cuadrado de 85,50 x 79,30 m, que albergaba un patio de 40 x 30m, en uno de cuyos laterales se encontraba el santuario formado por antecella y cella. El conjunto encuentra otros paralelas en Sippar, Kish, Ur y Borsippa.
Su famosa ziqqurratu lleva el nombre en sumario de É.temen.an.kí, “Casa fundamento de Cielo y tierra”, comenzada probablemente par Nabucodonosor t, la cual se elevaba en una enorme plaza trapezoidal de 406,20 x 456, 97 m. situada al norte del Esagila, a la que se accedía por 12 portales. De ella se sabe que constaba de un núcleo previo de ladrillo sin cocer, recubierto de un manto de ladrillo cocido de 12 m. de espesor, alcanzando todo el conjunto un volumen de 92 m. de lado por otras tantas de altura. Se subía a ella por dos escaleras laterales y una central, según el modelo suministrado par las zigurats de Urk y Ur El total de los ladrillos utilizados fue de unos 85 millones. Al parecer se trazaron los planos del complejo cultural tomando por modelo astral las constelaciones. Así, se recogen nombres como los de mul.iku- que forma un cuadrilátero con alfa-delta-tehta-Pegaso-mas alfa-Andrómeda a la que se considera la primera constelación de “las estrellas de Anu” según Gossmar Van der Waerden y Hunger Pringue) o Hun.gá que corresponde a Aries.
Fue el arqueólogo alemán Roberto Koidowey, allá por el año 1859, el que dio comienzo a las excavaciones de esta ciudad. Pero la torre que encontró en Babilonia –junto con !a famosa Puerta de Isthar, la Vía Procesional y los famosos Jardines Colgantes no fue ni mucho menos la primera, ya que, coma vimos, existían debajo fundamentos de una época anterior.
10.- CHOGA ZAMBIL (Elam)
                             
                            
                                       
La influencia sumeria irradió también a Elam, donde, par ejemplo, en Ghoga Zambil, se construyó una ziqqurratu, pero con diferencias evidentes con la Mesopotamia meridional. Si los resultados de las excavaciones son acertados, allí se erigió la ziqqurratu desde fuera hacia adentro, quedando las 4 escaleras una a cada lado ocultas. Por este ejemplo sabemos que los pisos se pintaban de diferentes colores y se vidriaban las diversas plantas de la torre.

 Borsippa



Artículo completo de la autora en su página web:
   http://oi.uchicago.edu/OI/IS/SANDERS/PHOTOS/MESO/BORSIPPA/borsippa1_1.html
                                                                           ancientneareast.tripod.com/ Borsippa.html
http://www.uned.es/geo-1-historia-antigua-universal/MESOPOTAMIA/zigurats.htm

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