2012: el desafío evolutivo que la Humanidad
encara
en forma de cambio de conciencia
en forma de cambio de conciencia
Astrónomos rusos y disidentes han comenzado a
filtrar información interpretada a través de sus potentes telescopios que
confirman las profecías de todas las tradiciones indígenas. Nuestro Sistema
Solar va a cambiar de posición en el cosmos.
Finalizamos el ciclo de 26.000 años de la precesión equinoccial: se completa el paso por todas las casas zodiacales.
Finalizamos el ciclo de 26.000 años de la precesión equinoccial: se completa el paso por todas las casas zodiacales.
El saqueo del Museo de Bagdad por parte de los
soldados norteamericanos no fue un acto aislado en esa invasión, ni lo ha sido a
lo largo de la historia. Quien roba la Historia, roba el presente. Las tablillas
mesopotámicas allí guardadas eran la información necesaria para interpretar el
futuro más próximo para la Humanidad.
Cuando los sacerdotes católicos arribaron al
continente americano, se ocuparon de una cosa por encima de todas: recuperar los
códigos de los indígenas donde se explicaba su historia… y su futuro. Según
cuentan investigadores como Guillermo Hernández, y a diferencia de lo relatado
por las crónicas oficiales, los sacerdotes remitieron al Vaticano gran parte de
la información hallada y allí es donde debe reposar actualmente. Los códigos
mayas fueron, sin duda, de los más importantes recuperados.
Tanto mayas como sumerios coinciden en resaltar
la fecha del 2012.
Los seguidores del calendario 13 lunas
-actualización del maya- proponen sincronizarnos con los ciclos cósmicos,
implantándolo en todo el Planeta
Esta información estuvo censurada a los ojos de
los cristianos durante siglos, hasta que a finales del siglo XX los
investigadores ligados al movimiento hippie que se habían interesado por
descifrar la cultura indígena americana, llegaron al Códice de Dresde, al Popol
Vuh y al Chilaam Balaam, los libros sagrados de las culturas mesoamericanas.
En esas páginas escritas en lenguaje críptico se
anunciaban acontecimientos referidos a un tiempo alejado, hoy presente, que
darían lugar al final de los tiempos y al inicio de otros nuevos. Se hablaba de
cambios climatológicos y del final de las estructuras ideológicas para los
momentos que actualmente vivimos.
Pero, ¿cómo podían saber tantas cosas en un
tiempo tan alejado? Su base residía en el conocimiento que los mayas tenían de
los ciclos del tiempo, asociados al planeta Venus y a las Pléyades. Según ellos,
el solsticio del 2012 (o el primer equinoccio del 2013) sería el momento en el
que el Sistema Solar terminará la cuenta larga de 5.125 años y 134 días, que
habría comenzado en el año 3114 a.C. y que finaliza el 22 de diciembre de 2012.
A su vez, otro gran ciclo también concluiría.
Ese día amanecería la noche de un día de 26.000
años. que es el tiempo en el que nuestro Sistema Solar habría tardado en girar
alrededor de Alción, el sol central de las Pléyades. Por ello, todos nuestros
sistemas de creencias colapsarían; los rayos cósmicos modificarían nuestros
sistemas de creencias. Lo curioso es que esas mismas cuentas, ligadas a Venus y
Orión se pueden encontrar en los códigos inscritos en la pirámides egipcias y en
el zodíaco egipcio de Dendera. Dado que la religión vaticana está llena de
símbolos egipcios (ver fotos) no es extraño que las jerarquías eclesiásticas
conozcan este secreto.
La razón por la cual los sacerdotes iban a estar
tan interesados en el Tiempo es porque es algo mucho más importante de lo que
nos hemos pensado. ¿Por qué el tiempo es oro? ¿por qué las campanas de las
iglesias marcan las horas? ¿por qué el calendario gregoriano fue instaurado por
un Papa y a su vez, lo tomó del Imperio Romano, y a su vez, de Babilonia?
¿sabías que los meses de julio y agosto tienen 31 días por los césares Julio
César y César Augusto? ¿y que el calendario gregoriano y el reloj se inventaron
en el mismo siglo XVI?
Dimitriev y los científicos rusos
Denostadas oficialmente como cosas de indios, las
profecías mayas contenidas en el Códice de Dresde y el Chilaam Balaam están
siendo estudiadas por los científicos más punteros del mundo, que intentan
inspirarse para descubrir el secreto del funcionamiento del Cosmos.
La posibilidad de que el Universo sea un gran
mecanismo electromagnético ha dado lugar a la hipótesis del Universo Eléctrico,
que explica el movimiento de los planetas de una forma parecida a la del átomo y
el fluir de la energía en ondas o cuerdas electromagnéticas, recientemente
descubiertas en el Sol. Esta concepción del Cosmos como un gran mecanismo
electromagnético que influye en nuestras conciencias y que sufre atracciones,
explicaría gran parte de los cambios que vivimos actualmente. Las actualmente
estudiadísimas explosiones solares serían una de las causas de los cambios
operados en nuestro Planeta.
Frente a lo que defiende la teoría oficial sobre
el cambio climático, la Tierra no es el único planeta que se está calentando,
sino que lo mismo está sucediendo en todos los planetas de nuestro Sistema
Solar. Fuentes de la NASA y otros organismos privados con información satelital,
coinciden en que el Sol entrará en un periodo de explosiones que tendrá su punto
álgido a finales del año 2012. Un informe fruto de una mesa redonda entre
expertos de compañías de telecomunicaciones, GPS y la NASA, entre otros, ha
estudiado ya los seguros efectos que para el fluido eléctrico y las
comunicaciones van a tener esas formidables explosiones solares. Entre otras
cosas, porque a finales de 2008 la magnetosfera que recubre la Tierra se retiró,
dejando libre la acción del sol sobre nuestro Planeta.
Acogotados por la censura de la información en el
mundo de la OTAN, hoy día los científicos rusos están proporcionándonos gran
parte de la información que apuntala las profecías mayas. En 1997, el Dr. Alexey
Dmitriev, miembro de la Academia Rusa de las Ciencias, publica un ensayo
titulado Estado Planetofísico de la Tierra y la Vida en el que anuncia
transformaciones a alta velocidad en la Tierra, a nivel geológico, geofísico y
climatológico.
La causa: “materiales altamente cargados… los
cuales han penetrado en las áreas interplanetarias de nuestro sistema Solar.
Esta donación de energía está produciendo procesos híbridos y estados excitados
de energía en el Sol y en todos los planetas”. Dmitriev avisaba que los cambios
electromagnéticos en el Planeta Tierra iban a exigir un examen en cada ser
viviente del Planeta, o control de calidad, para determinar su habilidad para
cumplir con estas nuevas condiciones. No es sólo el clima el que está cambiando,
sino que nosotros como humanos, estamos experimentando un cambio global en la
conciencia”. El Dr. Dmitriev es un experto en ecología global y en eventos
relacionados con el planeta Tierra. En este gran ensayo Dmitriev relata que “las
alteraciones geológicas, geofísicas, y climáticas de la Tierra se están
volviendo más y más irreversibles”. Adicionalmente, anuncia “transformaciones a
alta velocidad y una reorganización general de la electromagnetósfera (el
esqueleto electromagnético) de nuestro Planeta”.
En otras palabras –y teniendo siempre en cuenta
que nuestro cuerpo, especialmente nuestro cerebro, es un organismo
electromagnético– que el cambio en nuestra conciencia es la consecuencia (y el
requisito) de la adaptación a esas descomunales emulsiones de rayos gamma
procedentes de la galaxia, que nuestros científicos están detectando desde hace
tiempo.
Esta información puede ser contrastada con los
recientes trabajos, entre otros, de Matthew Perkins Erwin, el profesor de la
Universidad de Virginia Steven Majewski y Merav Opher que han descubierto que
nuestro sistema solar se encuentra en los márgenes de la Vía Láctea pero no
pertenece a ella, sino a la constelación de Sagitario. El descubrimiento del 30
de mayo de 2006 por parte de estos astrónomos, revela que nuestro Planeta se
encuentra en el cruce de dos galaxias: Sagitario y la Vía Láctea, y que la razón
de que nuestro Sistema Solar esté alineado en un ángulo cercano a 90 grados con
la Vía Láctea es porque, simplemente, no es nuestra galaxia.
Con la ayuda de telescopios de infrarrojos y
supercomputadores, los científicos han llegado a distinguir plenamente la
presencia de la pequeña galaxia de Sagitario, su posición y su diferencia
respecto a otras galaxias. Nuestro Sistema Solar se ha visto atraído por la Vía
Láctea y se encamina al ecuador de esa galaxia, donde llegará el 22 de diciembre
de 2012. Ese cambio energético es, con seguridad, el que está provocando
nuestros cambios internos y, probablemente, los de nuestro ADN que está mutando,
según diversos investigadores.
El 2012 podría ser el momento en el que pasáramos
al centro de la Vía Láctea, coincidiendo con el fin del ciclo de la precesión
equinoccial, de 26.000 años y que es, ni más ni menos, el tiempo que nuestro
Sistema tarda en dar una vuelta al zodíaco. En ese momento, según las
investigaciones de Patrick Geryl (La profecía de Orión), la Tierra sufriría una
inversión de los polos electromagnéticos, como consecuencia de las llamaradas
solares.
Lo apocalíptico de la fecha 21 de diciembre del
año 2012 es que aparentemente marca el fin de un ciclo que comienza
aproximadamente cada 26.000 años, unas cifras conocidas por mayas y egipcios que
orientaron sus pirámides en relación a la constelación de Orión por este hecho.
El movimiento de precesión equinoccial es debido a que la Tierra no es esférica
sino que está achatada por los polos. Una vuelta completa de precesión dura
aproximadamente 25.767 años, ciclo que se denomina año platónico y cuya duración
había sido estimada por los antiguos mayas.
Todo parece indicar que en cada fin de este
ciclo, los ejes magnéticos de la Tierra se alinean con el centro de nuestra
galaxia, pasando así por lo que se llama una región de impulsos
electromagnéticos escalares, o un área del espacio en la cual las polaridades
del campo electromagnético se debilitan.
Este debilitamiento en los campos
electromagnéticos algunas veces causa que los polos norte y sur de la Tierra
reviertan su polaridad, que cambien. Este evento al parecer provocó en el pasado
cambios en la geografía mundial, grandes cataclismos tales como terremotos,
inundaciones, etc.
Civilizaciones más avanzadas, que conocieran
estos ciclos del Tiempo pudieron, por tanto, conocer las influencias que para
nuestros sistemas organizativos tendrían esas explosiones energéticas. En otras
palabras, que las profecías de las distintas religiones serían informaciones
ligadas con este conocimiento.
Los extraordinarios cambios que estamos viviendo
en nuestro sistema monetario y de creencias, profetizado por los mayas, serían
una consecuencia del impacto de las emulsiones energéticas llegadas desde
nuestro sol y de los confines de la Galaxia, según están recabando todos los
observatorios astronómicos. Esto, ni más ni menos, es lo que la tradición
cristiana conoce como el Apocalipsis, un cambio de piel o final de unos tiempos
que no el final de los tiempos. La magnitud de los cambios que vamos a afrontar
hacen a no pocos plantearse si el contacto con otras civilizaciones galácticas
podría ser la mejor solución para sobrellevarlo.
Todos los sistemas religiosos y de creencias del
planeta Tierra, desde los hindúes, a los indígenas hopi, maya o aymara y, por
supuesto, las religiones, anuncian que algo sucederá (está sucediendo) en
relación con este cambio de conciencia.
http://amerikuajedis.wordpress.com
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