La medición de neutrinos superlumínicos estremece
el edificio de la física moderna; de confirmarse, esto significaría que la
información puede viajar al pasado, que existen otras dimensiones y quizás hasta
que la causalidad es una ilusión.
Esta semana el equipo de investigación OPERA, del
laboratorio europeo de física CERN, dio a conocer una medición realizada en la
que se registró por primera vez un exceso de velocidad al límite cósmico que
había impuesto la teoría de la relatividad de Einstein. Unos neutrinos,
partículas especialmente elusivas, superaron por poco los 299,792.458 kilómetros
por segundo a los que viaja la luz, en un recorrido de 730 km a lo largo de la
Tierra al laboratorio Gran Sasso. Si bien los físicos advierten que la medición
debe de tomarse con cautela, de confirmarse significaría uno de los más
profundos sacudimientos hacia los fundamentos con los que se ha construido el
edificio de la física moderna —y por lo tanto hacia nuestra realidad.
En estos tres días subsiguientes al anuncio del
CERN se ha generado una creciente polémica sobre el significado de estos
neutrinos superlumínicos. Hemos vistos físicos sensatos, como los autores del
experimento, que muestran su total asombro y llaman a replicar el experimento,
otros más que, con el dogma que caracteriza a una vieja guardia de la ciencia
que ve amenazada sus creencias por descubrimientos como este, simplemente
señalan que tal medición tiene que estar equivocada y por otro lado aquellos que
empiezan a imaginar y a especular lo que esto podría significar.
El experimento realizado por el equipo a cargo de
Dario Autiero tomó 3 años y cronometró 15 mil neutrinos arribando 60 mil
millones de segundo antes de lo que se esperaría si viajaran a la velocidad de
la luz, con un margen de error de menos de 10 mil millones de segundo. El
físico de partículas del MIT y premio Nobel. Samuel C.C. Ting, congratuló al
equipo por su experimento, afirmando que este estuvo “hecho muy cuidadosamente,
checando el error sistemáticamente con gran detalle”. Aunque evidentemente es
posible que exista un error, el experimento está hecho conforme al canon
científico, por lo cual de alguna manera, si dudamos de este experimento (pese a
ser casi increíble), deberíamos de dudar de cualquier otro experimento.
Los neutrinos son partículas sin carga eléctrica
que tienen una pequeñísima masa (supuestamente solo una partícula sin masa puede
llegar a la velocidad de la luz). Estas partículas son especialmente
fantasmagóricas, sumamente difíciles de detectar y se crean de las colisiones
entre los átomos y los rayos cósmicos durante reacciones nucleares como las que
ocurren en el corazón del Sol. En este momento miles de millones de neutrinos
atraviesan tus dedos, posiblemente más rápido que la velocidad de la luz.
Ahora bien, la anterior descripción de los
neutrinos, bajo este teórico nuevo paradigma de la física, se pondría seriamente
en entredicho, ya que una de las implicaciones más estremecedoras de la medición
del CERN es que si las partículas pueden viajar más allá de la velocidad de la
luz, la causalidad podría dejar de tener sentido.
Si los neutrinos pueden viajar más rápido que la
luz, entonces deben de poder viajar en el tiempo y extrañamente llegar a un
lugar antes de partir. Podrían también usarse para enviar mensajes al pasado.
Esto implica que un “efecto” podría ocurrir antes de su “causa”: podrías caer
antes de ser empujado, podrías presenciar una explosión antes de que se detonen
los explosivos y por supuesto ser atravesado por millones de neutrinos antes de
que estos se hayan creado en el Sol, y así innumerables ejemplos de este
vértigo lógico que instaura el imperio del caos para la razón.
Este descubrimiento, de confirmarse, da al traste
con la ley de la relatividad, según la cual se necesita una cantidad infinita de
energía para que algo supere la velocidad de la luz, debido a que un objeto a
esta velocidad cobraría una masa infinita. Energía infinita es para el
entendimiento de la física algo simplemente imposible de obtener.
Para surcir este agujero en su modelo del
universo, los físicos creen que tal vez los neutrinos podrían estar utilizando
un atajo para cortar distancia entre dos puntos, recurriendo entonces a una
quinta dimensión doblada en la tela del espacio-tiempo y de esta forma, al
viajar una distancia más corta, no tendrían que romper el límite de la velocidad
de la luz. Esta explicación podría concordar con el modelo de la teoría de
súpercuerdas, que señala que las partículas son pequeños bucles vibratorios (o
cuerdas) que se despliegan de un orden profundo multidimensional (generalmente
se considera que podrían haber 11 dimensiones). Así que si los neutrinos no son
viajeros en el tiempo quizás sí sean viajeros interdimensionales. Y si existen
múltiples dimensiones implicadas en el universo, también es posible que exista
toda una plétora de objetos y seres desconocidos que yacen más allá de nuestros
sentidos y de nuestros artefactos de medición.
Algunos físicos consideran posible la idea un
poco reduccionista de que los neutrinos simplemente se comportan de manera
distinta a todas las partículas que conocemos. Estas partículas vienen en
diferentes “sabores” y pueden cambiar de un sabor a otro como si fuera micro
bolas de helado cósmico. Quizás su capacidad de superar la velocidad de la luz
es una característica única de estas partículas y no afecta el mundo
macroscópico que vivimos. Aunque evidentemente esta hipótesis estará incompleta
—porque no resuelve el predicamento de que se violan las teorías fundamentales
de la física, ya que si tan solo es parcialmente, de todas formas esto impide
que se formulen leyes y constantes. Pero tal vez esa sea la naturaleza de la
realidad del universo: ¿por qué necesariamente debiera de ajustarse a nuestros
modelos racionales? ¿O hay una necesaria correspondnecia entre la arquitectura
de nuestra mente y la arquitectura del universo?
Pese a que este descubrimiento parece ser un
revulsivo sobre la física moderna, desde hace décadas se ha teorizado la
posibilidad de que existan partículas que viajen más rápido que la luz, llamadas
taquiones, aunque con mayor aceptación en el campo de la ciencia ficción.
Asimismo el fenómeno del entrelazamiento cuántico podría sugerir la transmisión
de información a mayor velocidad que la luz. El estado de entrelazamiento
cuántico, observado cuantiosamente en el laboratorio, implica básicamente que
dos partículas que han estado en contacto forman un estado conjunto, tal que
pese a alejarse en distancia (teóricamente hasta el infinito), permanecen
unidas, respondiendo instantáneamente sus estados físicos.
Según el teorema de la no-comunicación, la
transferencia instantánea solo ocurre como una “falla de realismo” entre
observadores, pero no significa una transmisión de información a mayor velocidad
de la luz. Existen algunos físicos, sin embargo, que consideran que el
entrelazamiento cuántico sí permite una transmisión a mayor velocidad de la luz
y otros, como David Bohm, resuelven esta famosa paradoja de EPR recurriendo a un
universo no-local, con algunas similitudes a las extradimensiones de las
súpercuerdas, en el caso de Bohm, sin embargo, teorizando que existe una unidad
subyacente a todos los fenómenos en la que todo está en todas partes,
holográficamente en todos los momentos y por lo tanto es posible que dos
partículas, una en Orión y otra en la Tierra, por ejemplo, ejerzan una conexión
instantánea, ya que es la misma partícula la que se manifiesta del orden
implicado al orden explicado —es solo un fenómeno de percepción que nosotros
creamos que son dos partículas separadas.
Hace unos meses los hallazgos del Daryl Bem de la Universidad de
Cornell, también altamente controvertidos, al parecer mostraron que la
información puede viajar desde el futuro y que la mente humana es capaz de
percibirla. Sujetos en un experimento presintieron imágenes pornográficas que
les iban a ser mostradas. Si bien el experimento de Bem ha sido ampliamente
cuestionado, quizás a la luz de los neutrinos pueda resignificarse. Antes que
Bem, el físico Yakir Aharanov también había formulado la teoría de
la retrocausalidad, en la cual un evento en el futuro puede influir en el
pasado.
¿Estamos siendo bombardeados informáticamente
desde el futuro por neutrinos? ¿Somos nosotros mismos que nos llamamos del
futuro, tal vez para seducirnos hacia un cierto destino cósmico? ¿Tiene sentido
el universo o es simplemente un vacío que nosotros interpretamos y legislamos,
proyectando nuestra mente en el espacio, construyendo sistemas de realidad? Y si
fuera así, ¿es el tiempo un fenómeno de mera percepción humana? Y si lo es, ¿es
entonces la eternidad lo que nos aguarda más allá de nuestra percepción
constreñida a los paradigmas de nuestro pensamiento?
Sin duda preguntas fascinantes que se abren hoy,
estimulantes paradojas en este viaje de autoconocimiento que llamamos
universo.
Con información de Live Science
Fuente:
http://pijamasurf.com/2011/09/una-nueva-fisica-para-un-universo-mas-alla-de-la-velocidad-de-la-luz/
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