Siete Maravillas Modernas. Chichén Itzá. |
"Grandes Colecciones"Las Siete Maravillas del Mundo Moderno
Para los mayas (al igual que para los del imperio del Tahuantinsuyu) el cosmos estaba divido en tres niveles. En la bóveda superior estaba por los Bacabs, donde se suscitaban los diferentes eventos astronómicos, en especial el recorrido del sol. Luego, en el nivel intermedio estaba el mundo de los hombres, donde se desarrollaba la vida cotidiana, además que se creía que la tierra fue concebida en su forma cuadrada orientadas en dirección a los cuatro puntos cardenales. Finalmente, el nivel inferior estaba situado bajo el agua y era ocupado por el inframundo, o Xibalbá. Según las historias, señalan que en ese lugar, se desarrollaban cruentas batallas del sol contra los seres y deidades infernales, para luego, al amanecer seguir su pacífica trayectoria por los cielos. Es esa visión cósmica, la que permitió construir edificaciones en honor a sus dioses, en especial a Kukulkán, la pirámide o castillo, donde cada dos veces al año, en los equinoccios, por medio de un juego de luz y sombra, virtualmente una serpiente emplumada asciende y desciende. Ese hecho ha conmovido y conmocionado a millones de personas, incluso, hasta los científicos, quienes han hecho una serie de estudios tratando de encontrar principios positivistas, sin embargo, hasta la fecha, aún no han podido hallar esos principios. Lo cual hace suponer que los Itzaes sí eran grandes eruditos en cuanto al conocimiento astronómico, además eran guerreros y marinos. Entre sus aportaciones al arte maya figuran las imágenes de los atlantes, que son comunes en ChiChén Itzá. Ahora, el Castillo o la pirámide de Kukulcán, se estima que fue construida aproximadamente entre los años 300 y 450 de nuestra era. La infraestructura es una edificación que alcanza los más de treinta metros de altura y está coronada con un templo en la parte superior, donde están talladas en piedra el dios de la lluvia, Chac, y el dios serpiente Kukulcán. En el interior está una escultura de un Chac Mool y un trono en forma de jaguar pintado de rojo. Muchos creen que esta pirámide es la representación del calendario de los mayas. En los cuatro lados de la pirámide existen 91 escalones, que sumando hacen un total de 364, más uno representado por la plataforma, tenemos los 365 días según el calendario gregoriano. Algunos sostienen que fue y es un monumento en honor al dios Sol. Es en esta construcción matemática donde se registra la llegada de la primavera y el otoñó, momentos donde se puede observar a la “Serpiente Emplumada” que desciende de la escalinata en dirección al Cenote Sagrado. Todo comienza cuando “las primeras sombras de los cuerpos superiores de la pirámide comienzan a dibujar los triángulos isósceles que conformar el cuerpo de la serpiente. Paulatinamente la sombra va avanzando hacia la cabeza en forma de serpiente ubicada en la parte baja de la alfarda. Por fin, el último de los triángulos toca la base de la alfarda”, según Esther López-Portillo. ¿Y a dónde va esa serpiente emplumada? ¿Por qué aparece dos veces al año? ¿Cuál es el mensaje que nos trae? ¿Quiere que sigamos su travesía? En fin, son muchas preguntas y no hay respuestas que satisfagan del todo. Pero sí se sabe a dónde va la serpiente, pues se dirige al Cenote (inframundo), que su equivalente al español es hoyo en el suelo, y el Cenote Sagrado de Chichén Itzá mide 65 metros de diámetro y 35 de profundidad. Este sitio es considerado como la columna vertebral para las actividades religiosas de toda la zona de los mayas. Pues en las profundidades de aquellas aguas, se arrojaban ofrendas ceremoniales como tributo al dios de la lluvia. Los objetos preciosos eran de piezas de oro, de jade, cobre, tela y cestería. Este lugar sagrado cobró una gran importancia que luego de la decadencia de Chichen Itzá, se hacían peregrinaciones para rendir culto a los dioses en ese lugar. Eso demuestra que aún se ha mantenido con vida esas creencias, donde los dioses no los han abandonado. En ese tiempo existía una actividad relacionada con los mejores hombres, o sea, guerreros en excelente estado físico. Estaba compuesto por dos equipos, y debían jugar el juego de la pelota. Este juego, se realizaba en una de las ciudades mayas antiguas. Existen muchas teorías, aseveran que el juego que se realizaba con una pelota donde no se usaba las manos ni los pies, sino la cadera, esa era la forma legal de jugar y debían atravesar unos orificios circulares que estaban a una altura de más de dos metros del piso. Pues la divergencia está aquí ¿Quién era ejecutado, vencidos o ganadores? Las posturas señalan que los vencidos eran ejecutados, en cambio, otros afirman que los ganadores eran sacrificados como prueba de honor a los dioses. Pero para Carlos Montemayor declara que: “En ciertas celebraciones solemnes de este juego podría ser inexacto hablar de perdedor y de ganador; también, creer que el ganador debía ser sacrificado porque era un honor, o que el perdedor debía serlo por haber sido derrotado. Durante muchos siglos quizás el juego fue una ceremonia en la que se representaba esa dualidad de Venus, del sol y del viento. Los jugadores estaban representando un drama cósmico y solamente había espacio para la élite porque probablemente los espectadores estaban descifrando en el juego de pelota lo que estaba por venir, lo que ocurría en el cosmos, lo que podía sobrevenir a la tierra y a los pueblos. Por lo tanto, no había triunfador ni perdedor, habría el reparto de la estrella matutina o de la estrella de la tarde, o del sol naciente o del sol que baja por el poniente y entra en el inframundo. Quizás en esa ceremonia ritual uno de los jugadores debía representar el papel del sol que bajaba al inframundo o de la estrella de la tarde o del viento huracanado” Se podría decir, que Chichén Itzá es un pequeño enclave para entender parte del legado y mensaje ancestral que nos deja esa civilización Maya, quien según su calendario y toda su riqueza astrológica cultural, han dejado siete profecías, la cual se cumpliría el 21 de septiembre de 2012. |
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