Maravillas Modernas. Gran Muralla China. |
"Grandes Colecciones"Las Siete Maravillas del Mundo Moderno
Tomando en cuenta sus ramificaciones y construcciones secundarias, se estima que existe 8.851,8 kilómetros de largo, que va desde la frontera de Corea al borde del río Yalu, hasta el desierto de Gobi, que delinea aproximadamente el borde sur de Mongolia. Su construcción aproximadamente mide de 6 a 7 metros de alto y de 4 a 5 metros de ancho. Se dice que la Gran Muralla tiene fama por ser considerado como el mayor cementerio del mundo. Alrededor de 10 millones de trabajadores murieron durante la construcción, no fueron enterrados en el muro, pero sí por las inmediaciones. Sin embargo, como en todo reino o imperio, hubo etapas de baja notoriedad, en el presente caso, en el período de los Tres Reinos (220) hasta fines de la Dinastía Yuan (1300), la muralla no tuvo grandes e importantes avances, sólo se hicieron unas pequeñas reconstrucciones de algunos sectores desgastados. Según la historiografía y los artículos en la red, existe una coincidencia que hablan de pequeños procesos de construcción en el siglo V al VII, y del siglo XI al XIII. La Gran Muralla durante mucho tiempo, ha servido como un bastión y una especie de imposición a la ostentación de las dinastías. A pesar que en su construcción varios esclavos fueron sometidos a jornadas de trabajo extenuantes, al extremo de morir. No hubo piedad hacia los esclavos que hacían de constructores. Si alguien cometía un pequeño error, aunque sea minúsculo, era severamente castigado frente a todos para ejemplificar al trabajador que pretendía boicotear la construcción. En esa dinastía (Qing) los gobernantes anexaron Mongolia al imperio, de ese modo la construcción de la Gran Muralla y las reparaciones fueron interrumpidas, puesto que ya no era necesario aquello. La Gran Muralla pasa por las siguientes provincias, municipalidades y regiones autónomas: Gansu, Hebei, Henau, Hubei, Hunan, Jilin, Liaoning, Mongolia Interior, Ningxia, Pekin, Qinghai, Shaanxi, Shandong, Shanxi, Sichuan, Tianjin y Xinjiang. Para culminar, hubo cuatro grandes renovaciones en su construcción, según la dinastía. La primera, dinastía Qin del 221 a.C. al 204 a.C. El primer emperador de China, Qin Shin Huang, restauró y unió las murallas antiguas para proteger su recién formado imperio de los ataques nómadas. Esto generó gran descontento entre los campesinos debido al coste económico y humano. La segunda, dinastía Han entre 206 a.C. y 221. Con los Han, el imperio se expandió hacia el oeste y se restauró lo que quedaba de la muralla, y también la extendió hacia el desierto de Gobi. Se colocaron torres de vigilancia, y se comunicaban con señales de humo. La tercera, período de las cinco dinastías y los diez reinos del 907 al 960. En este período no se tiene datos, varios historiadores afirman que fue un período de baja actividad, o bien, resultado de un largo proceso que había estabilizado la región. La cuarta, dinastía Ming desde 1368 hasta 1644. Ampliaron la muralla, se inicia en el extremo este, en el paso de Shanghai, atraviesa nueve provincias, cien condados, y termina en el extremo oeste, en el paso de Jiayu, al noroeste. Este paso era la puerta para la ruta de la seda. Pero siguen las torres de vigilancia por toda la ruta de la seda. Con la invasión de los Manchues, la muralla pierde estrategia política y militar. Ahora se instala la dinastía Qing, quien ya no la utiliza con los mismos fines. Actualmente por factores de erosión, hay varios trechos que han desaparecido, o bien, reducido de tamaño, a eso, también se debe tomar en cuenta el saqueo de piedras para hacer construcciones de casas y caminos. Sin embargo, autoridades chinas han promulgado leyes a favor de la conservación de la Gran Muralla. Una muralla que contiene millones de historias, la más conocida es que desde los cielos y las estrellas (luna), se puede apreciar la Gran Muralla China. Algunos difieren de esa idea, sin embargo, desde ese infinito cielo, hay una muralla que el hombre ha construido y seguirá construyendo más murallas, aunque la mayoría no tienen sentido humano, pero sí justificativos económicos y racistas. |
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