Tres cosmonautas aseguran que hay vida inteligente y civilizaciones extraterrestres
"¡Claro que existen inteligencia extraterrestre y civilizaciones cósmicas con las que tarde o temprano nos encontraremos!". Esta, expresión del cosmonauta soviético Vladimir Soloviev, que ha permanecido casi un año en el espacio, es compartida también por otros dos astronautas, el norteamericano Jon A. McBride y el holandés Wubbo J. Ockels. Los tres participaron durante la tarde del pasado martes en un debate sobre la situación actual de los programas espaciales en el mundo, celebrado en el marco del Salón Internacional de la Innovación y Tecnología (Tecnova).
Los tres destacados exploradores del espacio hablaron en este encuentro, patrocinado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), sobre sus experiencias personales y científicas durante sus respectivas misiones y sobre el futuro de los viajes espaciales. Pero mostraron una mayor vehemencia cuando se planteó la cuestión de la búsqueda de la inteligencia extraterrestre que tanto preocupa a los organismos internacionales de astronáutica, como se ha puesto de manifiesto en el congreso anual de la Federación Astronáutica Internacional (FAI) celebrado recientemente en Torremolinos.Vladimir Soloviev, cosmonauta, del Glavcosmos de la Unión Soviética, reconoce, a sus 43 años y con una experiencia de 36,2 d ías de permarlencia en el espacio durante dos misiones en los años 1984 y 1986, que es ineludible el encuentro antes o después con seres inteligentes de otros planetas.
"Cuando estuve tanto tiempo en la plataforma espacial", ha señalado Soloviev, "pensaba con frecuencia en, la suerte que tendría si me encontrara con alguiri signo de vida inteligente ajena a la nuestra. Pero a pesar de que lo deseaba no se produjo tal encuentro". "Creo que existen", añadió, "civilizaciones extraterrestres que han visitado y visitan nuestro planeta y deseo encontrarme con ellas porque estoy seguro que este hecho será positivo".
Sobre la presunta aparición de ovnis, recientemente, en la ciudad de Voronej (sur de la Unión Soviética) el cosmonauta soviético dijo que no podía expresar un juicio acertado puesto que no existían datos objetivos. Las últimas informaciones recogidas en aquella zona señalan que los especialistas soviéticos han registrado un aumento de la radiactividad en un parque próximo al lugar donde presuntamente apareció un ovni.
De forma menos explícita, pero con similar contundencia, manifestaron los otros dos astronautas su convicción de que existe vida inteligente fuera de esta vida terrícola. De ello dejaron constancia Wubbo J. Ockels, astronauta holandés de la Agencia Espacial Europea que formó parte de la tripulación del Spacelab D-1 en 1985 y Jon A. McBride, que voló durante 197 horas en el Challenger. "Desde una consideración c¡entífica y religiosa es muy probable que no estemos solos", dijo el astronatita norteamericano.
Aun en el supuesto de que no se hayan producido los contactos directos con la inteligencia extraterrestre los astronautas rio pierden la esperanza de que se consigan en los próxilmos años coincidiendo, por ejemplo, con la preparación de nuevas misiones tripuladas a la Luna y de las primeras a Marte. Los tres astronautas están convencidos de que en un plazo de 15 a 20 años el hombre llegará a Marte. Para ello sera necesario conseguir otro tipo de tecnología y también de energía, completamente ecológica y que permita el cielo cerrado de transformación de la energia, porque los astronautas que vayan a Marte necesitarán medios suficientes para subsistir al menos dos años en el espacio.
Es posible que el organismo humano se acostumbre a estancias de tanto tiempo en el espacio, a juzgar por el testimonio de Soloviev, quien explicó que cuando se vuelve a tierra tras largas estancias fuera de la gravedad se experimenta una gran pesadez, sobre todo en las extremidades, pero que al cabo de unas pocas semanas ya se ha recupufado el ritmo normal de la vida en la Tierra.
Lo que preocupa más a los científicos es el fracaso de algunos experimentos de reproducción de animales que se han registrado en condiciones de falta de gravedad. Por ejemplo, en el Spacelab no se pudo obtener la reproducción de moscas, como señaló Ockels. Y en la estación orbital soviética Mir las técnicas de los astronautas no pudieron conseguir que fueran incubados los huevos de codorniz.
"Cuando estuve tanto tiempo en la plataforma espacial", ha señalado Soloviev, "pensaba con frecuencia en, la suerte que tendría si me encontrara con alguiri signo de vida inteligente ajena a la nuestra. Pero a pesar de que lo deseaba no se produjo tal encuentro". "Creo que existen", añadió, "civilizaciones extraterrestres que han visitado y visitan nuestro planeta y deseo encontrarme con ellas porque estoy seguro que este hecho será positivo".
Sobre la presunta aparición de ovnis, recientemente, en la ciudad de Voronej (sur de la Unión Soviética) el cosmonauta soviético dijo que no podía expresar un juicio acertado puesto que no existían datos objetivos. Las últimas informaciones recogidas en aquella zona señalan que los especialistas soviéticos han registrado un aumento de la radiactividad en un parque próximo al lugar donde presuntamente apareció un ovni.
De forma menos explícita, pero con similar contundencia, manifestaron los otros dos astronautas su convicción de que existe vida inteligente fuera de esta vida terrícola. De ello dejaron constancia Wubbo J. Ockels, astronauta holandés de la Agencia Espacial Europea que formó parte de la tripulación del Spacelab D-1 en 1985 y Jon A. McBride, que voló durante 197 horas en el Challenger. "Desde una consideración c¡entífica y religiosa es muy probable que no estemos solos", dijo el astronatita norteamericano.
Contactos
Esta creencia parece afectar a otras muchas personas relacionadas con el espacipo. El estadounidense Jerry Grey, ex presidente de la FAI, señaló en esta misma reunión que es facil admitir que exista vida iriteligente en el espacio "pero lo difícil será establee er el contacto que nos proporcione la evidencia de que existe otra vida inteligente fuera de la nuestra".Grey afirmó que uno de los primeros medios de los que se está sirviendo el hombre para facilitar ese posible contacto es la radio. "Pero este medio es muy limitado porque desde que se inventó sus ondas sólo han podido salvar la distancia de unos 40 años luz. Pero ¿qué es esto si todavía nos quedan por recorrer millones de años luz a través de los espacios intergalácticos.?"Aun en el supuesto de que no se hayan producido los contactos directos con la inteligencia extraterrestre los astronautas rio pierden la esperanza de que se consigan en los próxilmos años coincidiendo, por ejemplo, con la preparación de nuevas misiones tripuladas a la Luna y de las primeras a Marte. Los tres astronautas están convencidos de que en un plazo de 15 a 20 años el hombre llegará a Marte. Para ello sera necesario conseguir otro tipo de tecnología y también de energía, completamente ecológica y que permita el cielo cerrado de transformación de la energia, porque los astronautas que vayan a Marte necesitarán medios suficientes para subsistir al menos dos años en el espacio.
Es posible que el organismo humano se acostumbre a estancias de tanto tiempo en el espacio, a juzgar por el testimonio de Soloviev, quien explicó que cuando se vuelve a tierra tras largas estancias fuera de la gravedad se experimenta una gran pesadez, sobre todo en las extremidades, pero que al cabo de unas pocas semanas ya se ha recupufado el ritmo normal de la vida en la Tierra.
Lo que preocupa más a los científicos es el fracaso de algunos experimentos de reproducción de animales que se han registrado en condiciones de falta de gravedad. Por ejemplo, en el Spacelab no se pudo obtener la reproducción de moscas, como señaló Ockels. Y en la estación orbital soviética Mir las técnicas de los astronautas no pudieron conseguir que fueran incubados los huevos de codorniz.
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