La civilización sumeria es la primera civilización del mundo. Como primera civilización tiene una de las religiones más antiguas. Su religión al igual que su mitología comparte prácticamente los mismos rasgos con la asiria y la babilónica, así que las tres son agrupadas en un solo nombre Caldea.
La religión sumeria era totalmente politeísta, curiosamente eran dioses antropomórficos (por lo general las religiones antiguas suelen ser animistas, también son zoomorfas, es decir con aspecto animal, como los dioses egipcios). Estos dioses son responsables de la creación de los seres humanos como sus sirvientes. El panteón sumerio está totalmente definido con un grupo de dioses principales con atribuciones concretadas y dioses secundarios que complementan un sistema jerárquico y administrativo. Este panteón cuenta con una tríada compuesta por tres grandes dioses An, Enlil y En-ki.
An es considerado un dios supremo del cielo, es más su mismo nombre, “An”, significa “Cielo” y su símbolo es la estrella. Residía en el Tercer Cielo, el más alto. A este dios fue atribuido por los sumerios el número 60, que era la base de su sistema de cálculo. Como muchos otros los sumerios tenía un pensamiento filosófico y religioso basado en la dualidad, lo masculino y lo femenino, lo fecundante y lo fecundado; cada dios sumerio recibe su pareja femenina y en el caso de An es algo dudoso, se la encuentra designada con el nombre de An, también, se piensa que pudiera ser la tierra, por esa oposición de cielo fecundante y tierra fecundada, por lo que su pareja complementaria es algo de lo más borroso y además ya existía una pareja divina soberana de la tierra. An era el dios más importante, aunque fue perdiendo relevancia y En-ki y Enlil lo acabaron sustituyendo. Su lugar de culto más antiguo era Unug (la llamada Uruk), la ciudad del héroe Gilgamesh, y su santuario era el E-An-na, “Templo de An”.
El segundo en orden de importancia era el dios Enlil o En-lil. También él, como cada divinidad del primer plano, recibe un número, y en este caso es el 50. Su nombre significa “Señor del aire”, el término lil puede tener el significado de “aire”, de “viento”, de “tempestad” y a veces de “tierra” en el sentido de llanura. Enlil vive en la cima de una montaña, debido a que la concepción del mundo por parte de los sumerios era el de una gran montaña que se elevaba hasta el cielo; por tanto, a menudo, se le denomina a él mismo “Gran Monte”. Él era el dios de la tierra. Se le representaba con el aspecto de un fiero guerrero y el de un legislador implacable. Es la sociedad en si misma. Enlil se ocupa de mantener el orden y castiga a aquellos que usan artimañas que representan el peor de los peligros. Los que no siguieron las órdenes dictadas por los dioses, los me, sufrieron las causas de un diluvio (es curioso que tantas religiones coincidan en el tema del diluvio como purgación. El lugar principal de culto a Enlil era Nibir (llamada Nippur por los akadios) en el templo E-kur, que significa “Templo de la montaña”. La diosa que lo complementa es Nin-lil, su nombre es el mismo pero en femenino (“Señora del aire”). Su personalidad es un tanto borrosa como la diosa An que complementa al dios An.
En-ki, el tercero de la tríada, formaba una especie de fundamento entre el reino de An y el de Enlil. Él era quien presidía la vida de las regiones situadas por debajo de la montaña (es decir del mundo). Él era como la condición de vida en la tierra, porque al igual que la luz se encuentra ausente en las partes inferiores del universo. Funciona como un elemento que se extiendo entre los cielo y la tierra, es el lazo de unión entre los dos lugares cósmicos principales. El término ki significaba no sólo “tierra” sino también el sustento de la vida. En-ki no es el dios del agua como se suele comentar muchas veces, sino el dios del fundamento de los otros dos mundos. Su nombre de “Señor de la tierra” se explica así: la tierra es el suelo, el asiento, lo que sustenta, y consiste en un vasto océano subterráneo cuyo fondo es la capa o estrato de la tierra inferior y adonde descienden los difuntos, que es el último dominio y por tanto el último estrato. Estos dos estratos y el abismo oceánico son el reino de En-ki. La región donde se sitúan los difuntos estaba regida por el dios Nergal, pero este es un dios tardío y adjunto de En-ki. El número del dios es el 40 y su dios complementaria es Nin-ki, es un reflejo de este, revelando una dualidad. El templo del dios se encontraba en Eridu y se llamaba E-ab-zu (templo del Ab-zu , es decir del océano subterráneo).
Recapitulando la gran tríada y observándola vemos que: An es el señor supremo, del mundo superior y personifica la potencia divina y la luz del mundo superior. No solía estar en contacto con los humanos. El dios En-lil guiaba la creación del mundo, conducía la sociedad, velando por el cumplimiento de las medidas que mantienen la sociedad humana en el buen orden. Mientras que En-ki encarna la virtud suprema y la condición de toda vida, la inteligencia, el dinamismo, la precisión, el equilibrio, la armonía de el uso de estas y también la floración de sus creaciones. En-ki funciona como la templanza de En-lil, ambos dioses se complementan más que con An. Si Enlil quiere provocar un diluvio para restablecer el orden, En-ki se encargará de buscar a alguien justo para construir un arca con representantes de todas las formas de vida para así repoblar el mundo. La severidad de Enlil se enfrenta a la benevolencia de En-ki; vuelve a aparecer la dualidad.
Existe una segunda tríada, de menor importancia que la anterior, que comprende las divinidades de los astros, compuesta por Zu-en, Ud e Inanna. Zu-en tiene por símbolo la luna, Ud representa el sol, y la diosa Inanna personifica la estrella de la mañana (Venus). Estos tres astros complementan la concepción del mundo sumerio. Estas tres divinidades suponían una segunda manifestación de la luz, contenida por An, dios del cielo; pero estos son individuales y más cercanos a la tierra. Por tanto los dos cuerpos celestes más importantes, la luna y el sol, derivan del cielo; así Zu-en y Ud son hijos de An. Inanna es hija de Zu-en y en algunas ocasiones Ud es considerado también hijo de éste, por tanto Ud e Innana se convierten en hermanos; pero solo en ocasiones. Están organizados numéricamente; Zu-en es el número 30, Ud encarna el 20 e Innana es representada por el 15.
Zu-en recibe a veces el nombre de Nanna; el primer nombre significa “Señor del conocimiento” y el segundo formado por en que significa “señor”, que queda reducido a n, y an que significa “cielo” y seguido de la partícula de genitiva –a, todo esto forma Nanna, que significa “Señor del cielo”.Zu-en recibía culto Ur.
Este dios era representado por la luna y muy aclamado como dios celeste por ser el astro que más imágenes muestra (todas sus fases lunares), también sirve como cálculo del tiempo. La luna creciente representaba para ellos la barca que recorre el cielo y el arma que usó el dios contra los siete demonios. Esta lucha se producía cada eclipse. También tiene una diosa paredro, es decir una diosa que lo complementa, y es Nin-gal, que significa “Gran Dama”.
El dios Ud, también llamado Utu, representante del sol es considerado como en muchas otras religiones el cuerpo celeste supremo. Ya que el sol es el que concede la posibilidad de vida. El término ud designa el día. Esta luz resulta beneficiosa para los seres benignos e insoportable para los espíritus que vagan y los demonios. La luz de Ud no es como la luz de An, la de éste último es la luz divina; mientras que la de Ud es la luz potente del día que permite distinguirlo todo. Era considerado como el gran justiciero, como sol lo puede ver todo y nada se esconde de él y con sus rayos escruta y examina los corazones. Se le representaba como una circunferencia con unos radios que salen de su centro hacia la delimitación del círculo y por lo general en grupos de cuatro.
También el dios Ud tenía una diosa, ésta se llamaba A-a. El culto a Ud se celebraba principalmente en Ararma y Zimbir.
La diosa Inanna es una de las más famosas y su personalidad se encuentra muy marcada por los diversos mitos relacionados con ella. Representa en si misma dos aspectos uno relacionado con el hombre y otro con la mujer, sin perder su aspecto femenino: la lucha (para los hombres) y la reproducción (para la mujer). Inanna es una diosa guerrera, los mitos hablan de su “ardiente valor”. También era una diosa asociada a la fertilidad y la expansión de la vida. Los textos akadios hablan de Inanna asociada a una noble dama del cielo y asimilada a la diosa Istar o Ishtar.
Es la patrona de la ciudad de Uruk. Hemos hablado de las compañeras de los dioses, pero Inanna también forma una pareja con el dios Dumu-zid. En uno de los mitos más característicos Inanna tuvo la idea de descender a Irkalla, la tierra de los muertos, donde van los espíritus, lo malvado y los pensamientos y recuerdos que se olvidan.
Cuando baja descubre que si quiere entrar en el reino de las tinieblas debe despojarse de todo lo que lleva, ya que todos los que bajan ahí deben ser iguales (este es un ejemplo de que la muerte iguala a todos). Innana protesta y ante su negativa el guardián de la puerta le responde: “Guarda silencio, oh Inanna. Los decretos que gobiernan la tierra son perfectos. ¡Oh Inanna, que tu boca no desprecie las leyes que gobiernan la tierra!”
La diosa acepta y consigue pasar, allí encuentra a su hermana Eres-ki-gal. Cuando ésta dirige sus ojos hacia Inanna ésta recibe la “mirada de la muerte”. Los textos lo narran así: “Y entonces, pues, la dama fue alcanzada, su cuerpo quedó inerte”
Pasados tres días, el mensajero de la diosa, al ver que no regresaba, llamó a los demás dioses para que la sacasen de allí. Los dioses alegaron: “La diosa Inanna ha querido ocuparse de cosas prohibidas. Los decretos que gobiernan la tierra son decretos prohibidos, y ella en su dominio ha querido penetrar”.Alegaban que cada uno debía atenerse a lo que hiciese.
Al final el dios En-ki decide intervenir, pero las leyes exigen que para que pueda salir otro debe ocupar su lugar “cabeza por cabeza”. Así que el dios Dumu-zid se intercambia por ella. Cuando llega al mundo de las tinieblas, Inanna hace lo mismo que a ella le hiciesen, le recibe con la “mirada de la muerte”, lo que hace que ella pueda volver a la vida. Dumu-zid se entristece y le pide al dios Ud que convierta sus manos en manos de reptil, al igual que sus pies: “Oh, dios Ud, haz que mis manos se conviertan en manos de reptil, haz que mis pies se conviertan en pies de reptil”. Este hecho explica el porqué Dumu-zid es un dios ctónico, asociado a la tierra; este dios renace y muere todos los años cíclicamente.
La ciudad principal de culto era Unug, allí se encontraba el templo de E-an-na, que significa “Morada celeste”.
Además existen otros dioses de carácter importante como son:
-Nergal: Dios infernal soberano del mundo de los muertos y esposos de Eres-ki-gal.
-Iskur: (o Mir) dios de la tempestad.
-Nin-urda: dios guerrero cuyo nombre significa “señor del cobre”.
-Nin-gir-su: Dios protector de Lagas y de la vegetación. Su esposa era la diosa Ba-u.
-Nazi: (o Nanse) Diosa de las aguas dulces.
-Nidaba: Deidad femenina de las escuelas y de los escribas. Promovía la intelectualidad. Algunas veces tenía un espeto de divinidad campestre o agraria.
-Gula: Diosa relacionada con la medicina y la ciencia.
-Isimud: Dios mensajero, como el Hermes griego o el Mercurio Romano.
Bueno... llevaba tiempo buscando información y comparandola de diversas fuentes para así conseguirla lo más veraz y correcta posible, asi que espero que les guste.
Tablilla 1:
Aquel que vio todo [hasta los confine]s de la tierra, [Que todas las cosa]s experimentó, [conside]ró todo. [...] juntamente [...], [...] de sabiduría, que todas las cosas.[..]. (5) Lo oculto vio, [desveló] lo velado. Informó antes del Diluvio, Llevó a cabo un largo viaje, cansado y [derren]gado. Todo su afán grabó en una estela de piedra. De la terraplenada Uruk el muro construyó, Del reverenciado Eannal, el santuario puro. ¡Contempla su muralla exterior, cuya cornisa es como el cobre! ¡Mira la muralla interior, que nada iguala! ¡Advierte su umbral, que de antiguo viene! Acércate a Eanna, la morada de Istar, Que ni un rey futuro, ni un hombre, puede igualar. Levántate y anda por los muros de Uruk, Inspecciona la terraza de la base, examina sus ladrillos: ¿No es obra de ladrillo quemado? ¿No echaron sus cimientos los Siete [Sabios]? Falta el resto de la columna. Un fragmento hitita [cf. J. Friedrich, ZA, XXXIX (1929), 2-5] corresponde en parte a la porción inicial deteriorada de nuestra columna 1l y, por ende, parece contener algo del material del final de la I columna. De tal fragmento se desprende que varios dioses intervienen en la formación de Gilgamesh, al que dotaron de talla sobrehumana. Finalmente, Gilgamesh llega a Uruk.
(II) Dos tercios de él son dios, [un tercio de él es humano]. La forma de su cuerpo[...] (3-7) (líneas mutiladas o ausentes) ( 8 ) [...] como un buey salvaje altivo [...]; El empuje de sus armas no tiene par. Mediante el tambor se reúnen [sus] compañeros. Los nobles de Uruk están som[bríos] en [sus cáma]ras: «Gilgamesh no deja el hijo a [su] padre; [Día] y [noche] es desenfrenada su arro[gancia]. [¿Es éste Gilga]mes, [el pastor de la amurallada] Uruk? ¿Es éste [nuestro] pastor, [osado, majestuoso, sabio]? [Gilgamesh] no deja [la doncella a su madre], ¡La hija de guerrero, [la esposa del noble]! Los [dioses escucharon] sus quejas. Los dioses del cielo del señor de Uruk [ellos... ]: «¿No parió [Aruru] este fuerte buey salvaje? [El empuje de sus armas] en verdad no tiene par. Mediante el tambor se reúnen sus [compañeros]. Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche [es desenfrenada su arrogancia]. ¿Es éste el pastor de [la amurallada] Uruk? ¿Es éste su [...] pastor, Osado, majestuoso (y) sabio?... Gilgamesh no deja la doncella a [su madre], ¡La hija del guerrero, la esposa del noble!» Cuando [Anu] hubo escuchado sus quejas, A la gran Aruru llamaron: «Tú, Aruru, creaste [el hombre]; Crea ahora su doble; Con su corazón tempestuoso haz que compita. ¡Luchen entre sí, para que Uruk conozca la paz!» Cuando Aruru oyó esto, Un doble de Anu en su interior concibió. Aruru se lavó las manos, Cogió arcilla y la arrojó a la estepa. [En la este]pa creó al valiente Enkidu, Vástago de..., esencia de Ninurta. [Hirsu]to de pelo es todo su cuerpo, Posee cabello de cabeza como una mujer. Los rizos de su pelo brotan como Nisabal. No conoce gentes ni tierra: Vestido va como Sumuqan. Con las gacelas pasta en las hierbas, Con las bestias salvajes se apretuja en las aguadas, Con las criaturas pululantes su corazón se deleita en el agua. (Ahora bien) un cazador, un trampero, Se le encaró en el abrevadero [Un] día, un segundo y un tercero Se le encaró en el abrevadero Cuando el cazador le vio, su faz se inmovilizó. El y sus animales entraron en su casa, [Transido de] miedo, quieto, sin un sonido, (Mientras) su corazón [se turbaba], nublado su rostro. Pues el pesar había [penetrado] en su vientre; Su cara era como la [de un viejero] llegado de lejos.
(III) El cazador abrió [su boca] para hablar, Diciendo a [su padre]: «Padre mío, hay [un] hombre que [ha venido de las colinas], Es el más poder[oso de la tierra]; vigor tiene. [¡Como la esencia] de Anu, tan tremendo es su vigor! [Siempre] recorre las colinas, [Siempre] con las bestias [se nutre de hierba]. [Siempre planta] los pies en la aguada. [¡Tan espantado estoy, que] no oso acercarme a él! [Cegó] las hoyas que yo había excavado, [Destrozó] mis trampas que yo había [puesto], Las bestias y las criaturas del llano [Hizo escapar de mis manos]. [¡No permite que] me dedique a la caza!» [Su padre abrió la boca para hablar], Diciendo al cazador: «[Hijo mío], en Uruk [vive] Gilgamesh. [Nadie hay más fuerte] que él. [¡Como la esencia de Anu, tan tre]mendo es su vigor! [Ve, pues; hacia Uruk dirige] tu faz, [Refiérele] el poder del hombre. [Haz que te entregue una ramera]. Lléva(la) [contigo]; (20) [Prevalecerá sobre él] a causa de [un mayor] poder. [Cuando abreve los animales en] la aguada, [Se quitará] el ves[tido, mostrando desnuda] su madurez. [En cuanto vea] a ella, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias [que crecieron] en su estepa!» [Oyendo] el consejo de su padre, El cazador avanzó [hacia Gilgamesh]. Emprendió el camino, en Uruk puso [el pie]: «[... ] Gilga[mes... ], Hay un hombre [que ha venido de las colinas], (30) El más poder[oso de la tierra; vigor tiene]. Como la esencia de Anu, tan tremendo es [su vigor]. [Siempre] recorre las colinas, Siempre con las bestias [se nutre de hierba]. Siempre [planta] los pies en la aguada. ¡Tan espantado estoy que no oso acercarme a [él]! Cegó las hoyas que [yo] había excavado, Destrozó mis trampas [que yo había puesto], Las bestias y las criaturas [del llano] Hizo escapar de mis manos. ¡No permite que me dedique a la caza!» (40) Gilgamesh le dijo, [a]l cazador: «Ve, cazador mío; lleva contigo una ramera. Cuando abreve los animales en la aguada, Se quitará el vestido, mostrando desnuda su madurez. En cuanto la vea, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias que crecieron en su estepa!» Fuese el cazador, llevando con él una ramera. Emprendieron el camino, yendo rectos en su dirección. Al tercer día al sitio indicado llegaron. El cazador y la ramera se sentaron en sus lugares. (50) Un día, un segundo día, estuvieron sentados, junto a la aguada. Las bestias salvajes llegaron a la aguada a beber.
(IV) Las criaturas pululantes llegaron, deleitándose su corazón en el agua. En cuanto a él, Enkidu, nacido en las colinas - Con las gacelas pasta en las hierbas, Con las bestias salvajes se abreva en la aguada, Con las criaturas pululantes su corazón se deleita en el agua - La moza le contempló, al salvaje, Al hombre bárbaro de las profundidades del llano: «¡Ahí está, oh moza! ¡Desciñe tus pechos, Desnuda tu seno para que posea tu sazón! ¡No seas esquiva! ¡Acoge su ardor! En cuanto te vea, se acercará a ti. Desecha tu vestido para que yazga sobre ti. ¡Muestra al salvaje la labor de una mujer! Le rechazarán las bestias salvajes que crecen en su estepa, Cuando su amor entre en ti». La moza libertó sus pechos, desnudó su seno, Y él poseyó su madurez. No se mostró esquiva al recibir su ardor. Desechó su vestido y él descansó en ella. Mostró al salvaje el trato de una mujer, (20) Cuando su amor entró en ella. Durante seis días y siete noches Enkidu se presenta, Cohabitando con la moza. Después que (se) hubo saciado de sus encantos, Volvió el rostro hacia sus bestias salvajes. Al verle, Enkidu, las gacelas huyeron, Las bestias salvajes del llano se alejaron de su cuerpo. Sorprendióse Enkidu, su cuerpo estaba rígido, Sus rodillas inmóviles - pues sus bestias salvajes habían huido. Enkidu hubo de aflojar el paso - no era como antaño Pero entonces tiene [sa]biduría, más [am]plia comprension. (30) Volvióse, sentándose a los pies de la ramera. Mira a la cara de la ramera, Atento el oído, cuando la ramera habla; [La ramera] le dice, a Enkidu: «¡Tú eres [sabio], Enkidu, eres como un dios! ¿Por qué con las criaturas silvestres vagas por el llano? ¡Ea!, deja que te lleve [a] la amurallada Uruk, Al santo templo, morada de Anu e Istar, Donde vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, Y como un buey salvaje señorea sobre el pueblo». (40) Mientras le habla, sus palabras encuentra favor, Su corazón se ilumina, ansía un amigo. Enkidu le dice, a la ramera: «¡Arriba, moza! Escóltame Al puro templo sagrado, morada de Anu e Istar, Donde vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, Y como un buey salvaje señorea sobre el pueblo. Le retaré [y osada]mente me dirigiré a él,
V Gritaré en Uruk: "¡Yo soy el poderoso! [Yo soy aquel] que puede alterar los destinos, [(Aquel) que] nació en el llano es poderoso; vigor tiene"». «[Levanta, pues, y vamos, para que vea] tu rostro. [Te mostraré Gilgamesh; donde] está bien sé. Vamos, pues, oh Enkidu, a la amurallada [Uruk], Donde la gente res[plande]ce en festiva indumentaria, (Donde) cada día es fiesta, Donde [...] mozos.... (10) Y mo[z]as [...] de figura. Su sazón [...] henchida de perfume. ¡Apartan a los grandes de sus lechos! A ti, oh Enkidu, que disfrutas de la vida, Mostraré a Gilgamesh, el hombre jocundo. Mírale, contempla su faz; Radiante está de virilidad, fuerza tiene. Todo su cuerpo es suntuoso de madurez, Vigor más poderoso que tú tiene, Sin descansar jamás de día o de noche. (20) ¡Oh Enkidu, renuncia a tu presunción! Gilgamesh - a él estima Samas; Anu, Enlil y Ea dilataron su sabiduría. Antes de que bajes de las colinas, Gilgamesh te verá en (sus) sueños en Uruk.
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