Ardi, el esqueleto más antiguo de un homínido
Era
hembra, medía 120 centímetros, pesaba unos 50 kilogramos y vivió en la
famosa región de Afar en Etiopía hace 4,4 millones de años. Ardi, que es
como la han bautizado, es el ejemplar más completo encontrado del
antepasado más antiguo de los seres humanos, el Ardipithecus ramidus,
que ha tardado 17 años en ser presentado oficialmente en sociedad. Ahora
lo hace con la pompa correspondiente al hallazgo de toda una generación
en paleoantropología.El 'Ardipithecus ramidus', una especie de homínido
que vivió hace 4,4 millones de años y a cuyo mejor ejemplar fósil los
científicos han denomindo 'Ardi', precede en los inicios de la evolución
de los homínidos al 'Australopithecus afarensis'. 'Ardi', también
hembra, precede a 'Lucy', el ejemplar mejor conservado de A. afarensis
en aproximadamente un millón de años.Se cree que el último ancestro
común compartido por humanos y chimpancés vivió hace seis o más millones
de años. Aunque el Ardipithecus no es en si mismo este último ancestro
común, probablemente compartió muchas de sus características. Hasta el
descubrimiento de los nuevos restos de 'Ardipithecus', el registro fósil
contenía escasas evidencias de otros homínidos más antiguos que el
'Australopithecus'.A través de un análisis de cráneo, dientes, pelvis,
manos, pies y otros huesos, los investigadores han determinado que el
'Ardipithecus' tenía una mezcla de características 'primitivas'
compartidas con sus predecesores, los primates de la época del Mioceno, y
características 'derivadas', que comparte sólo con los homínidos
posteriores.Debido a su antigüedad, el Ardipithecus conduce a los
científicos más cerca del último antepasado común. Sin embargo, muchas
de sus características no aparecen en los simios africanos actuales.
Según los científicos, es probable que los simios africanos hayan
evolucionado ampliamente por separado desde que compartían el último
ancestro común con el ser humano. Por ello, chimpancés y gorilas
actuales podrían no ser buenos modelos para el estudio de este último
ancestro común y para la comprensión de la evolución humana desde
entonces.Junto a la identificación de 109 fósiles de Ardipithecus, que
representan a un mínimo de 36 individuos, el grupo de trabajo ha
identificado entre los fósiles descubiertos a otras dos especies de
primates, babuinos y colobinos, y a antílopes de cuernos en espiral, que
compartieron territorio y época con Ardi.En uno de los artículos
publicados en 'Science' Tim White, de la Universidad de California en
Berkeley, presenta los principales descubrimientos de la investigación.
Los científicos estudiaron 110 especímenes de Ardipithecus procedentes
de la cordillera de Afar al noroeste de Etiopia. Al ejemplar mejor
conservado los científicos lo han bautizado como 'Ardi', una hembra que
pesaba 50 kilogramos y medía alrededor del metro y medio y de la que se
conserva un esqueleto parcial con gran parte del cráneo, manos, pies,
miembros y pelvis.Ardi tenía un cerebro pequeño, incluso más pequeño que
el del Australopithecus y similar al de los bonobos y los chimpancés
hembra. Su cara tenía un hocico prominente, lo que le confería una
apariencia similar a los simios aunque no se proyectaba tan adelante
como la parte inferior de las caras de los simios africanos modernos.
Algunas características de su cráneo, como el promontorio sobre el
entrecejo, son bastante diferentes a las de los chimpancés.Hasta ahora,
los investigadores habían asumido que chimpancés, gorilas y otros simios
africanos modernos habían retenido muchas de las características del
último antepasado que compartieron con los humanos, es decir, que este
ancestro era mucho más parecido a los simios que a los humanos. Por
ejemplo, se habría adaptado a balancearse y colgarse de las ramas de los
árboles y quizás caminaba sobre sus nudillos cuando estaba en el
suelo.Sin embargo, el 'Ardipithecus' desafía estas teorías. Según sus
descubridores, Ardi vivía en un ambiente boscoso, húmedo y más frío de
lo que es en la actualidad y existían claros y bosques tapizados por
prados. Subía a cuatro patas a las ramas de los árboles, como algunos
primates del Mioceno hacían, y caminaba erguida sobre las dos piernas
cuando se encontraba en el suelo. No parece que hubiera andado con los
nudillos en el suelo o que pasara mucho tiempo balanceándose y
colgándose de las ramas, como hacen los chimpancés.Según los
científicos, el 'Ardipithecus' caminó sobre dos piernas aunque no de
forma tan eficaz como los homínidos posteriores. Un trabajo liderado por
C. Owen Lovejoy en la Universidad del Estado de Kent indica que la
pelvis del Ardipithecus es particularmente útil para comprender cómo el
esqueleto de los homínidos se modificó progresivamente al bipedalismo.
Su análisis sugiere que el Ardipithecus pudo también correr pero
probablemente con menos velocidad y eficacia que los humanos.Los dientes
y el cráneo del Ardipithecus son bastante diferentes de los del
Australopithecus y los simios modernos. El análisis del esmalte dental
también indica que Ardi y su linaje tenían una dieta omnívora
relativamente diversa que incluía frutas y otros alimentos del bosque
como nueces y hojas.El análisis de sus dientes también sugiere que el
'Ardipithecus' era socialmente menos agresivo que los chimpancés y otros
simios africanos actuales. Además, el hecho de que los dientes de macho
y hembra sean de tamaños similares, a diferencia de lo que sucede en
los simios africanos, también indica que estos homínidos podrían haber
participado en un sistema social que supusiera menos competición entre
los machos.Los investigadores también proponen que las manos del
ancestro más temprano de los seres humanos eran ya relativamente ágiles y
que sólo requerían un alargamiento de los pulgares y un acortamiento de
los dedos para utilizar y producir herramientas.
No comments:
Post a Comment