do, 9 de junio de 2012
El «sapiens», su ADN y la evolución
Durante más de
sesenta años se ha mantenido la teoría de que el Homo neandertalensis
(neandertales) se extinguió porque era menos inteligente que el Homo
sapiens, nuestro abuelo. Sin embargo, estos días, en la revista Journal
of Human Evolution, antropólogos de la Southern Methodist University
(Dallas) y arqueólogos del Museo de Historia Natural de Cleveland,
publican un estudio que rebate la teoría. Los investigadores han
demostrado que las primitivas herramientas de piedra desarrolladas por
el Homo sapiens (más estrechas y puntiagudas, y con mayor borde
cortante) no eran más eficaces que las que usaban sus primos los
neandertales. No hay ninguna diferencia estadística, dice el estudio,
entre la eficacia de ambas tecnologías (piedras), incluso en algunos
aspectos existen ligeras ventajas para la herramienta ancha de los
neandertales.
El Homo sapiens
fabricó su herramienta más estrecha precisamente durante su colonización
de Europa desde África (de donde evolucionó), hace más de 40.000 años.
Por el contrario, el neandertal evolucionó en la Europa de la Edad de
Hielo, extinguiéndose hace unos 28.000 años. Estos datos sugieren que
ambas especies, neandertalensis y sapiens, coexistieron algo más de
10.000 años.Esta nueva investigación que demuestra que los neandertales
no fueron menos inteligentes que los sapiens, se une a otras que indican
que ambas especies eran buenas cazadoras, y que la menor habilidad de
comunicación de los neandertales tampoco fueron las causas de su
extinción. ADN y geografíaAhora bien, si lo que les preocupa es de donde
vienen sus antepasados más cercanos (localización geográfica), un
análisis de ADN le puede resolver el problema; esto ya es posible
delimitando a través de las secuencias de su ADN de donde partieron sus
parientes, y con una precisión de unos pocos kilómetros, especialmente
en Europa (donde habitan más individuos con secuencias de ADN
conocidas). En la revista Nature, un estudio multicéntrico con los
departamentos de Ecología, Genética Humana, Estadística, Biología
Evolutiva y Medicina, de las Universidades de California, Chicago,
Cornell, Carolina del Norte [EE.UU] y también de la Universidad de
Lausana [Suiza], han demostrado la posibilidad de localizar el origen
geográfico de una persona estudiando su ADN. Los investigadores tuvieron
acceso a muestras de más de 3.000 individuos, proporcionadas por la
compañía farmacéutica GlaxoSmithKline, donde analizaron más de medio
millón de polimorfismos (variaciones en la secuencia de ADN, incluso de
un único nucleótido). Al volcar todos estos datos sobre un mapa de
Europa (cada polimorfismo en su área geográfica) se obtiene una imagen
donde es fácil reconocer (aparecen nubes de puntos) las penínsulas
ibérica e itálica, o Turquía y Chipre. Y aún hay más, la resolución fue
tan buena que se encontraron diferencias genéticas entre, por ejemplo,
el suizo franco, italo o germano.
La edad biológica y los «telómeros»
El envejecimiento
es por el momento imparable. Sin embargo, las células poseen un
temporizador, que marca el número de divisiones que realizarán antes de
su muerte. Se trata de los telómeros, que localizados en los extremos de
los cromosomas son regiones de ADN que no codifica nada, y cuya función
sería otorgarles estabilidad estructural. Cuando se duplica el ADN
(división celular) el contenido en los telómeros no lo hace, ya que la
enzima ADN-polimerasa no puede copiar todos los genes; finalizando la
replicación al llegar a estas estructuras, y en consecuencia el telómero
se va reduciendo de tamaño. Este desgaste impide que sigan protegiendo a
los cromosomas con eficacia, y con el tiempo las células pierden
viabilidad, activándose su muerte celular programada o apoptosis. Por
ello, investigadores del Max-Plank de la Universidad de Ulm (Alemania)se
han fijado en los telómeros para determinar nuestra edad biológica (que
no se corresponde con la cronológica), y publican, en Experimental
Gerontology, la identificación de un grupo de proteínas (biomarcadores)
capaces de ello. En colaboración con la empresa Mosaiques Diagnostic los
científicos alemanes examinaron al detalle los telómeros, determinado
que se cortan entre 50 y 200 pares de bases cada vez que la célula se
divide, volviendo a los cromosomas con el tiempo inestables y perdiendo
la célula, de manera irreversible, su capacidad de división. Y apuntan a
esta causa como una de las específica del envejecimiento celular.
Además, descubrieron que las células afectadas por este proceso
liberaban ciertas proteínas, cuya concentración podía ser determinada en
la sangre humana, proporcionando un buen marcador del envejecimiento
biológico.La ciencia avanza inapelablemente, pese a las políticas
precarias, y cada día es más difícil que un conocimiento preestablecido
permanezca inalterado durante mucho tiempo. Desde el origen del universo
al final de la evolución humana, cualquier cosa puede ser modificada la
semana próxima. Permanezcan atentos.
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