La Gran Invocación del Maestro Tibetano o Djwhal Khul
La Gran Invocación (LGI) no pertenece a religión, sector o grupo alguno. Es propiedad de toda la Humanidad
INDICE
1 – ¿Qué es La Gran Invocación?
2 – Origen de la Gran Invocación
3 – Su Uso y Significado
4 – La Gran Invocación en Diferentes Idiomas
5 – La Gran Invocación Cantada
6 – Video de La Gran Invocación
7 – Solicite Tarjetas Gratuitas de La Gran Invocación
8 – La Ciencia de Invocación y Evocación
9 – Origen de la Invocación
10 – La Reaparición de Cristo
11 – Día Mundial de Invocación
12 – Literatura disponible acerca de la LGI
2 – Origen de la Gran Invocación
3 – Su Uso y Significado
4 – La Gran Invocación en Diferentes Idiomas
5 – La Gran Invocación Cantada
6 – Video de La Gran Invocación
7 – Solicite Tarjetas Gratuitas de La Gran Invocación
8 – La Ciencia de Invocación y Evocación
9 – Origen de la Invocación
10 – La Reaparición de Cristo
11 – Día Mundial de Invocación
12 – Literatura disponible acerca de la LGI
FIN INDICE
———–
1 – ¿Qué es La Gran Invocación?
LA GRAN INVOCACIóN
“Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz,
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que se realice el Plan de Amor y de Luz,
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder
restablezcan el Plan en la Tierra.”
Del Maestro Djwhal Khul o Maestro Tibetano.restablezcan el Plan en la Tierra.”
La Gran Invocación es una plegaria mundial traducida a más de 75 idiomas y dialectos.
Es un instrumento de poder para ayudar a que tenga plena expresión el Plan de Dios en la Tierra.
La belleza y la fuerza de esta
Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades
esenciales, que todos los hombres aceptan innata y normalmente:
La verdad de la existencia de una inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios.
La verdad de que detrás de todas las apariencias externas, el Amor, es el poder motivador del Universo.
La verdad de que vino a la Tierra una
gran Individualidad, llamada Cristo por los cristianos, que encarnó ese
amor para que pudiéramos comprenderlo.
La verdad de que el amor y la inteligencia son ambos efectos de la Voluntad de Dios.
Y finalmente la verdad eminente de que el Plan divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma.
Por medio de la meditación, la plegaria y
la invocación, las divinas energías pueden ser liberadas y llevadas a
la actividad. Los hombres y mujeres de buena voluntad de muchos credos y
naciones pueden unirse en un servicio mundial trayendo valor y fuerzas
espirituales a un mundo atribulado. Tienen el poder de afectar los
acontecimientos mundiales a través de la invocación enfocada y unida. El
conocimiento de este hecho, científicamente aplicado, puede ser uno de
los grandes factores liberadores de la humanidad.
Nadie puede emplear esta invocación o
plegaria para evocar iluminación y amor sin causar poderosos cambios en
su propia vida, actitudes y propósitos. “Como un hombre piensa en su
corazón así es él”.
¿Quisiera usted emplear esta Invocación en forma reflexiva y dedicada?
El efecto de la Invocación y la plegaria
individual en la demanda de luz y amor, se acrecienta
inconmesurablemente cuando existe un reconocimiento consciente y una
relación mental diaria con quienes pronuncian la Invocación cuantas
veces deseen en el momento oportuno. El vínculo establecido cada día a
través de esta invocación mundial formará un triángulo iluminado. La
unión de la fuerza conjunta de individuos y grupos enfoca la potencia de
esta plegaria de tal modo que erige alrededor del globo terráqueo una
red de luz y amor que ayudará a detener las fuerzas del mal que invaden
el planeta.
2 – Origen de la Gran Invocación
La humanidad se encuentra hoy en un
peculiar y excepcional punto medio entre un pasado desventurado y un
futuro lleno de promesas, siempre que se reconozca la reaparición de
Cristo y se lleve a cabo la preparación para Su venida. El presente está
lleno de promesas y también de dificultades; actualmente y en el
presente inmediato la humanidad tiene en sus manos el destino del mundo –
o si puede expresarse así, con toda reverencia- la actividad inmediata
de Cristo.
La agonía de la guerra y la angustia de
todo el género humano condujo a Cristo en 1945 a tomar una gran
decisión, manifestada en dos declaraciones muy importantes. Anuncio a la
Jerarquía espiritual y a todos Sus servidores y discípulos en la
tierra, Su decisión de emerger nuevamente, estableciendo contacto físico
con la humanidad, si llevaba a cabo las etapas iniciales para el
establecimiento de rectas relaciones humanas.
Luego dio al mundo (para ser recitadas
por el hombre común) una de las más antiguas plegarias conocidas, pero
hasta ahora sólo se la ha permitido utilizar a los Seres más excelsos.
Se dice qué Él Mismo la utilizó por primera vez en 1945 durante la Luna
llena de Junio, reconocida como la Luna llena de Cristo, así como la
Luna llena de Mayo, el Festival de Wesak, es la del
Buda. No fue fácil traducir estas frases antiguas (tan antiguas que no
tienen fecha ni antecedente alguno) en palabras modernas, pero ello se
ha hecho, y la Gran Invocación puede eventualmente ser una plegaria
mundial.
Solamente unos pocos, muy pocos
emplearon el Padre Nuestro en los primeros días del cristianismo, porque
era necesario registrarlo y expresarlo en términos comprensibles, y
traducirlo adecuadamente antes de ser utilizado ampliamente. Este
esfuerzo llevó siglos. Tenemos hoy todos los medios para una rápida
distribución, y han sido empleados para divulgar esta Gran Invocación.
Es decir que el origen de La Gran
Invocación es decididamente jerárquico, proviene desde la Jerarquía
Espiritual Planetaria o de ese conjunto de Maestros de Compasión y
Sabiduría, de los cuales el Instructor del Mundo es uno de sus Guías
fundamentales (llamado Cristo por los cristianos y con otros nombres en
diferentes tradiciones religiosas y filosóficas de nuestro Mundo
Moderno.
3 – Su Uso y Significado
La belleza y la fuerza de esta
Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades
esenciales, que todos los hombres aceptan innata y normalmente, como son
la verdad de la existencia de una Inteligencia básica a la que
vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de que, detrás de todas las
apariencias externas, el Amor es el poder motivador del Universo; la
verdad de que vino a la Tierra una gran Individualidad – llamada Cristo
por los cristianos – que encarnó ese amor para que pudiéramos
comprenderlo; la verdad de que el amor y la inteligencia son, ambos,
efectos de la Voluntad de Dios; y finalmente, la verdad evidente de que
el Plan divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma.
Esta invocación no es propiedad de
ningún individuo o grupo en especial. Pertenece a toda la humanidad.
Empleándola o estimulando a otros para que la reciten, no se favorece a
ningún grupo ni organización determinada.
Toda la Invocación se refiere a ese
inminente, influyente y revelador depósito de energía, causa inmediata
de todos los acontecimientos sobre la Tierra, que indican el nacimiento
de algo nuevo y mejor; estos acontecimientos demuestran el avance de la
conciencia humana hacia una mayor luz.
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la Luz descienda a la Tierra.
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la Luz descienda a la Tierra.
Las tres primeras líneas se refieren a
la Mente de Dios como punto focal para obtener luz divina. Esto
concierne al alma de todas las cosas. El término alma – con su máximo
atributo de iluminación – incluye al alma humana y a ese punto
culminante que consideramos como el alma “influyente” de la humanidad,
que aporta luz y difunde la iluminación. Es necesario tener presente,
siempre, que la luz es energía activa.
Cuando invocamos a la Mente de Dios y
decimos “Que afluya luz a las mentes de los hombres, que la Luz
descienda a la Tierra”, estamos expresando una de las mas grandes
necesidades de la humanidad y, si la invocación y la plegaria encierran
algún significado, la respuesta vendrá con toda seguridad y certeza.
Cuando los pueblos sienten la necesidad – en todo momento, en todas las
circunstancias y en todas las épocas – de implorar a un Centro
espiritual invisible, podemos tener la plena seguridad de que dicho
centro existe. La invocación es tan antigua como la humanidad misma.
Cristo dijo que los hombres “prefieren
la oscuridad a la luz, porque sus obras son malas”. Sin embargo, la gran
belleza que emerge, actualmente, reside en que la luz llega a todo
lugar oscuro, y nada de lo que está oculto quedará sin revelar. Los
pueblos reconocen la oscuridad y la miseria actuales, y por consiguiente
da la bienvenida a la luz. Una de las mayores necesidades actuales
consiste en iluminar las mentes humanas a fin de que vean las cosas tal
cual son y comprendan los móviles correctos y la forma de establecer
correctas relaciones humanas. En la luz que trae consigo la iluminación,
veremos finalmente la luz, y llegará el día en que miles de hijos de
los hombres e innumerables grupos podrán decir con Hermes y con Cristo:
“Yo soy (o somos) la luz del mundo”.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la Tierra.
Que afluya amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la Tierra.
Las tres líneas de la segunda estrofa
conciernen al Corazón de Dios y se refieren al punto focal de amor, el
“corazón” del mundo manifestado en la Jerarquía espiritual — esa gran
inteligencia que transmite amor a todas las formas de la manifestación
divina.
El Amor es una energía que debe llegar a
los corazones de los hombres y fecundar a la humanidad con la cualidad
de la comprensión amorosa; cuando el amor y la inteligencia se unen, se
dice que expresan eso.
Cuando los discípulos estén activos y
sean reconocidos por Cristo, llegará el momento en que nuevamente Él
podrá caminar abiertamente entre los hombres; podrá ser reconocido
públicamente y realizar, así, su tarea en los niveles externos e
internos de la vida. Al despedirse de sus discípulos, Cristo les dijo:
“Estaré siempre con vosotros, hasta el fin de los tiempos”.
Cuando Cristo venga, florecerá
activamente la conciencia crística entre los hombres. Derramará, en el
mundo de los hombres, la fuerza y la energía características del amor
intuitivo. Los resultados de la distribución de esta energía de amor
será doble:
En primer lugar, la energía activa de la
comprensión amorosa movilizará una enorme reacción contra la fuerza del
odio. El odio, la separatividad y la exclusión serán considerados como
el único pecado, pues se reconocerá que los denominados pecados se
derivan del odio o de su consecuencia, la conciencia antisocial.
En segundo lugar, innumerables hombres y
mujeres de todos los países, se unirán en grupos para promover la buena
voluntad y establecer correctas relaciones humanas. Su número será tan
grande que, de una minoría pequeña y relativamente poco importante, se
transformará en la fuerza mas grande y de mayor influencia del mundo.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El Propósito que los Maestros conocen y sirven.
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El Propósito que los Maestros conocen y sirven.
En las tres líneas de la tercera estrofa
tenemos una plegaria para que la voluntad humana pueda estar de acuerdo
con la voluntad divina, aunque no sea comprendida. Estas tres líneas
indican que la humanidad por sí misma no puede captar, todavía, el
propósito divino, ese aspecto de la voluntad de Dios que busca inmediata
expresión en la tierra. Debido a que el propósito de la Voluntad de
Dios trata de ejercer influencia sobre la voluntad humana,
indudablemente se expresa en términos humanos como buena voluntad, viva
determinación o firme intención de establecer correctas relaciones
humanas.
La voluntad divina, tal como es en su
esencia, sigue siendo el gran misterio. Incluso el propio Cristo hubo de
enfrentarse a la prueba de la voluntad divina, y se dirigió al Padre en
el preciso momento que comprendió, por primera vez, la extensión y la
complejidad de su misión como Salvador del mundo. Entonces exclamó:
“Padre, hágase no mi voluntad, sino la tuya”. Estas palabras
significaron el abandono de los medios por los cuales trataba de salvar a
la humanidad, y le indicaron lo que podía parecer en esos momentos un
aparente fracaso y que su misión no fuera cumplida. Cristo ha esperado
casi dos mil años para llevar esa misión a su cumplimiento, pues sin la
acción recíproca de la humanidad, no puede proseguir esa misión que le
fue asignada.
Esta invocación es, esencialmente, el
propio Mantram de Cristo, cuyo “sonido se ha difundido” por todo el
mundo al ser pronunciado por Él y ser utilizado por la Jerarquía
espiritual. Ahora, las palabras de la Invocación deben propagarse por
todo el mundo, al recitarlas todos los hombres, y su significado debe
ser expresado por la mayoría de la gente, a su debido tiempo. Entonces,
Cristo podrá “descender a la Tierra” nuevamente y “ver los anhelos de Su
Alma y quedar satisfecho”.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
En las tres líneas de la cuarta estrofa
se invocan los tres aspectos o las tres potencias de la Mente, del Amor y
de la Voluntad, indicando que todos estos poderes se han afianzado en
la propia humanidad, en “el centro que llamamos la raza de los hombres”.
Sólo en él pueden expresarse, en tiempo y espacio, las tres cualidades
divinas y pueden hallar su realización; sólo en él puede nacer
verdaderamente el amor, actuar correctamente la inteligencia, y
demostrar, la Voluntad de Dios, su voluntad real hacia el bien. Por
medio de la humanidad, sola y sin ayuda (excepto la que brinda el
espíritu divino en cada ser humano), puede ser sellada “la puerta donde
se halla el mal”.
La última línea de la cuarta estrofa
quizás necesite una explicación. Es una manera simbólica de expresar la
idea de hacer inactivos e ineficaces los malos propósitos. No existe un
lugar especial donde reside el mal; el Libro de Revelaciones del Nuevo
Testamento habla del mal, de la destrucción del demonio y de hacer
impotente a Satanás.
La humanidad mantiene abierta “la puerta
donde se halla el mal” por sus deseos egoístas, su odio y su
separatividad, por su codicia y sus barreras raciales y nacionales, por
sus bajas ambiciones personales y por su afición al poder y a la
crueldad. A medida que la buena voluntad y la luz afluyan a las mentes y
a los corazones de los hombres, las malas cualidades y las energías
dirigidas que mantienen abierta la puerta del mal, cederán su lugar al
anhelo de establecer correctas relaciones humanas, a la determinación de
crear un mundo mejor y más pacífico y a la expresión mundial de la
voluntad hacia el bien. A medida que estas cualidades sustituyan a
aquellas otras viejas e indeseables, la puerta donde se halla el mal se
cerrará, lenta y simbólicamente, por el simple peso de la opinión
pública y por el verdadero deseo humano. Nada podrá evitarlo.
Así se restaurará el Plan original sobre
la Tierra. Simultáneamente, ante la humanidad se abrirá la puerta al
mundo de la realidad espiritual y se cerrará aquella donde se halla el
mal. Así, mediante el “centro que llamamos la raza de los hombres”, el
Plan de Amor y de Luz se reestablecerá y asestará el golpe mortal al
mal, al egoísmo y a la separatividad, sellándolos en la tumba de la
muerte para siempre; así, también, se cumplirá el propósito del Creador
de todas las cosas.
Que la Luz el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
La última línea contiene la idea de la
restauración – indicando, a la vez, la clave para el futuro – y que
llegará el día en que la idea original de Dios y su intención inicial ya
no se vean frustradas por el libre albedrío y la maldad de los humanos,
por el puro materialismo y el simple egoísmo; entonces, debido a los
cambios producidos en los corazones y en las metas de la humanidad, el
propósito divino será cumplido.
Sugerencias para el Trabajo:
1. Reflexionar unos pocos minutos cada día sobre la Invocación, esforzándose por comprender su significado más profundo. Luego pronunciar la Gran Invocación con determinada intención y concentración. A medida que se realiza, visualizar la Luz, el Amor y la Voluntad al Bien, penetrando en los corazones y las mentes de las personas de todo el mundo.
1. Reflexionar unos pocos minutos cada día sobre la Invocación, esforzándose por comprender su significado más profundo. Luego pronunciar la Gran Invocación con determinada intención y concentración. A medida que se realiza, visualizar la Luz, el Amor y la Voluntad al Bien, penetrando en los corazones y las mentes de las personas de todo el mundo.
2. Si desea actuar como una unidad de
triángulo, pida a dos amigos que se unan mentalmente con usted. Cuando
pronuncie la Gran Invocación únase a ellos y visualice el triángulo
vinculado a la red que forman todos aquellos que están dedicados a este
servicio mundial.
4 – La Gran Invocación en Diferentes Idiomas
Es una plegaria mundial traducida a más
de 75 idiomas y dialectos. Es un instrumento de poder para ayudar a que
tenga plena expresión el Plan de Dios en la Tierra. Emplearla es un acto
de servicio a la Humanidad y al Cristo.
Desde el link inferior puedes acceder a las versiones en diferentes idiomas:
No comments:
Post a Comment